—¿Me puedes pasar la paprika?— preguntó sin desatender el gran estofado que burbujeaba en la estufa
El contrario, quién se encontraba sentado calculando impuestos, dirigió su atención hacia el —Claro— respondió con simpleza y se levantó de su asiento, en camino a la repisa buscando el dichoso condimento.
Extendió la mano, para recibir el frasco de vidrio, que contenía tan fina hierva —Gracias cariño— dijo, y volvió su vista a la olla.
—¿Que cocinas? Huele muy bien— soltó, sintiendo como sus fosas nasales eran inundadas por el delicioso aroma
—¡Gumbo!— respondió entusiasmado, tomando una cucharada de su creación y acercándola al rostro de su pareja —Pruebalo—
Dio un sorbo a la cuchara, desgustando tal manjar.
Su amor por su esposo, podría ser fácilmente superado por su nuevo amor por el Gumbo.
—Alastor ¡Esto es delicioso!— exclamó con emoción
—Gracias cariño— respondió con una sonrisa
Tres años, ocho meses y veinticinco días tenían de casados. Alastor llevaba bien la cuenta, Anthony se perdió después de las primeras dos semanas.
Inclusive con todo en contra salieron adelante, pisando los estándares establecidos y arrasando con lo considerado inmoral.
Vivian juntos en una casa alejada del bullicio de la ciudad.
Rodeados de árboles y la entrada al denso bosque, compartían una pequeña cabaña, suficiente para los dos.—¿Y si preparo un café de pumpkin spice? Creo que quedaría bien con el Gumbo— sugirió Tony, dejando de lado los impuestos.
Alastor respondió entusiasmado —¡Suena perfecto!— se acercó y le dio un besito, chiquito y cariñoso, en la mejilla.
Tony se sonrojó. Inclusive casados, su estómago se llenaba de mariposas cada que Alastor estaba cerca de el.
Se dispuso a preparar la bebida. Tomó el café, la olla y las especias... Pero algo faltaba.
Rápidamente se puso su suéter y un gorrito que Alastor le había tejido, sus botas y salió corriendo hacia su patio trasero.
Buscó la calabaza más grande y naranja que hubiera en aquel huerto, su huerto.
—Bingo— murmuró para sí al encontrar la calabaza perfecta.
La cortó y, con un poco de trabajo, la cargó de regreso a casa.
Ambos esposos cocinaban juntos. Uno un gigantesco estofado y otro, cafecito con especias.
Reían hablando de cosas triviales y sin mucho sentido, historias de su infancia o de lo orgullosos que se sentían de que sus calabazas crecieron como esperaban.
Ambos trabajaban en una estación de radio. Alastor como el locutor; su naturaleza carismática y parlanchina lo hizo perfecto para el puesto.
Anthony era más reservado por no decir penoso. El era guionista, adoraba escribir y redactar historias que después su esposo contaría frente al micrófono.
Mientras el café hervía, el estofado era retirado del fuego.
Alastor encendió la chimenea, hacía un poco de frío afuera, así que quería calentar el ambiente.
Una vez lista la bebida, se sirvieron su banquete para dos.Se sentaron juntos, en su sofá, admirando el trepidante fuego, disfrutando de un estofado y un café de especias.
Un ambiente otoñal inundó el lugar ¿Y como no? Si justamente daba inicio la estación.
Las hojas de los árboles cambiaban de color y caían cuáles estrellas fugaces; para impactar en el suelo y aplilarse en montones, en los que, a Anthony, le encantaba saltar.
El otoño comenzaba, una época de grandes cambios.
Su época favorita del año.
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SEASONS [RadioDust]
FanfictionSaid if you left my sight, I won't be okay. Like it's the last time... Love me right through every season!