SUMMER 🌱

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-¡Corre Tony! ¡CORRE!- Gritó Alastor

-¡Ya voy!- respondió un tanto cansado

-Vamos a llegar tarde y ya sabes cómo se pone Mrs. Magne- Dijo casi gritando -¡Solo tenemos diez minutos!-

-No estaríamos en este problema si te hubieras levantado temprano- Reclamó el rubio

-¿Quién se quedó hasta tarde contándome sobre como es mejor el chocolate caliente con canela que con avellanas uh?- contraatacó

Al verse acorralado decidió ceder -Bien, pero hay que darnos prisa- y aceleró el paso rumbo al instituto

Los inocentes niños de colegio ya habían crecido. Tenían diecisiete y estudiaban la preparatoria juntos.

Su amistad había perdurado ya casi diez años. Eran muy cercanos y todo el mundo siempre pensaba que eran medios hermanos por lo íntima de su relación.

Aún que algo les mortificaba a ambos; la preparatoria estaba próxima a terminar ¿Que harían después? ¿Podrían estar juntos aún así?

Mientras tanto, disfrutarían del tiempo que les quede.

A la hora del almuerzo, Tony llegó con Alastor, emocionado.

-¡Al, Al, Al!- se tropezó y casi se cae, pero se recuperó rápidamente y siguió -¿Adivina qué?-

-uh...- pensó un poco -¿Es día de tacos en la cafetería?-

-¡Aún mejor!- respondió, Alastor volteó a verlo con interés -Elena va a hacer una fiesta en su casa ¡Y nos invitó!-

-¿Elena la chica que es líder del consejo escolar?- preguntó incrédulo

-¡Esa misma!- respondió Tony con orgullo

Tendrían su primera fiesta de adolescentes, ambos estaban muy emocionados. No podían esperar a que llegase la tarde.

El día acabó y se fueron a sus casas, si querían asistir, debían acabar sus deberes.

Alastor pensaba en que ponerse. ¿Un traje? Nah, muy formal ¿El uniforme de la preparatoria? Ni que fuera un ñoño ¿Debía de ir formal o casual? ¿Haría frío en la fiesta o, al contrario, moriría de calor?. No era alguien de fiestas, vaya, si su único amigo era Tony, aún así sentía curiosidad de experimentar una fiesta de preparatoria.

Por su parte, Anthony estaba muy emocionado. Siempre había querido asistir a una celebración adolescente, ya hasta tenía preparado lo que llevaría puesto.

La ansiada hora llegó y Alastor decidió pasar por su acompañante a su casa.

Cuando Tony salió, Alastor se quedó atónito.

Pantalones medios rotos de las rodillas y entubados resaltando sus delgadas piernas, una camiseta llamativa con una frase en lo que parecía ser japonés y un par de zapatillas deportivas.

-Te ves muy bien- soltó sin pensar

-Gracias Al, tú también te ves muy lindo- respondió riendo.

Alastor parecía que irá a algún funeral. Chaleco y camisa de vestir, su único pantalón medianamente decente y los zapatos que Tony le regaló en su cumpleaños.

Con estilos completamente diferentes, pero muchas ganas de divertirse, salieron hacia la casa de la anfitriona.

El lugar estaba a tope.

Adolescentes de todas edades por aquí y por allá.

Se paseaban por la casa, bailaban juntos o por separado, comían las botanas que Elena les ofrecía, charlaban tranquilamente o, los más rebeldes, bebían los licores que la susodicha había comprado.

Al llegar se sintieron desorientados, no conocían a nadie, y la música y las luces hacían que fuera difícil ver o concentrarse.

Trataron de mantenerse juntos mientras pasaban en medio de la bola de bailarines que gozaba en la pista.
Pero en algún punto, se separaron.

Alastor buscaba a Anthony con desesperación entre el montón de gente, trataba de encontrar el cabello más esponjoso y rubio que se pudiera.

Hasta que finalmente lo encontró, en una esquina de la pista de baile.

Pero no estaba solo, había alguien más con el.

Rápidamente se acercó; era una chica, la anfitriona de la fiesta, conversando con Tony.
No podía escuchar que decían pero veía que se reían.

Al llegar, abrazó con fuerza a su acompañante -Finalmente te encuentro, me asusté que no te veía-

Tony río -No te preocupes Al, de hecho me encontré con Elena en la pista y me dijo que me ayudaría a buscarte- dijo señalando a la chica la cual sonrió -Es muy agradable y me dio palomitas- exclamó y le extendió la bolsa a Alastor para que comiera también.

Tomó unas palomitas con un poco de recelo y las comió.

La noche transcurrió con normalidad, bailaron, comieron botanas y se divirtieron mucho con Elena. Bueno, Alastor no tanto, pero la paso bien en general. Inclusive Anthony se atrevió a beber un vaso de alcohol.

Ya era bastante tarde, la fiesta estaba en su ocaso y se ponían las últimas canciones en la consola.

Tony se sentía un poco mareado, pero nada realmente preocupante.

Sonó su canción favorita y decidió levantarse a bailar.

Había notado que Alastor no la estaba pasando muy bien, así que pensó que sería buena idea llevarlo consigo.

Lo tomó del brazo para que se pusiera de pie y lo arrastró a la pista, dejando a Elena sentada.

Bailaban los dos a la orilla, a medida que sus cuerpos se emocionaban, más se adentraban.

Llegaron al punto en el que están en medio de la multitud, donde no podían ver nada más que gente bailando.

Creyó que sería apropiado decir algo -Oye Al yo... Yo creo que no te divertiste- dejó de bailar y se quedó parado -Lo siento, pensé que la pasarías bien-

Calló en cuenta de su actitud -No, no,no, no es nada de eso. Yo solo... Me siento raro- sinceró -Estoy confundido, es todo-

-La verdad, yo también- respondió -Me gusta pasar tiempo contigo, eres mi mejor amigo Alastor-

-y tu el mío, Tony-

Mientras que las personas bailaban al rededor de ellos, Se había formado una fuerte tensión entre ambos.

Pero era una tensión diferente.

No era incómoda. Al contrario, era agradable.

Estaban cansados, medio ebrios y más que nada, adolescentes.

Se acercaron lentamente, hasta quedar abrazados.

Bailaban su última melodía de la noche, suavemente.

Se miraron, apenados.

Tímidos.

Como es.

Como el primer beso debe de ser.

Y así fue.

En el verano de sus vidas, encontraron a su alma gemela.

O más bien, siempre estuvo ahí.



SEASONS [RadioDust]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora