Who Waits For Love?. [KookJin]• {One Shot}• |Adaptación|

Primera parte

Alguna vez te has preguntado, si aún está viva la persona que amarás por el resto de tu vida, si aún su corazón late para encontrar el tuyo, quizás no sea la pregunta más importante, si su corazón a dejado de latir, es porque no era tu destino, no era tu hilo rojo o alma gemela, simplemente, habrá alguien más, sin embargo una buena pregunta es ¿Quién no podrá seguir con su alma tranquila?, si la persona que ha muerto y se enteró que ha dejado a su verdadero amor en este mundo o quién está vivo y entiende que no habrá un felices para siempre, o por lo menos no en esta vida, por lo que al final es prudente pensar que se puede hacer para volver a ver a esa única persona que de verdad hará latir tu corazón, si no es en esta vida, dimensión o lo que sea, para que por lo menos en algún lugar estén juntos, de nuevo repito de los dos realmente ¿Quien espera por amor?.

Era una tarde hermosa y soleada, no hacía tanto calor, aire, era perfecta, el clima agradable, JungKook estaba feliz, había conocido desde hace medio año al hombre más hermoso sobre la tierra, Jimin, era perfecto para él, lo había conocido en uno de sus conciertos ¿quién lo diría? de ser un simple chico de campo, se convirtió en la estrella más importante del momento, la gente lo amaba y tanto era así y gracias a eso que había conocido a su precioso Jimin, ya que para nadie era un secreto que era gay, agradecía que la sociedad aceptara todas las preferencias sexuales sin ningún reproche de cierto modo, de lo contrario no podría continuar liderando las listas de música a nivel mundial.

Miro por la ventana de la furgoneta que lo llevaría de vuelta a su departamento, después de una sesión de fotos, estaba agotado, sin embargo, ya había quedado con Jimin que iría a su casa para conocer a sus padres, tendría que llegar, darse una ducha y manejar a Florencia, por alrededor de tres horas, suspiro, lo bueno es que por fin conocería a sus suegros, nunca los había visto cuando visitaban a Jimin en Milán, pero en fin, todo sea porque esperaba poder pedir la mano de su amado Jimin.

De nuevo con ese pensamiento, sonrió eufóricamente, cuando llegó a su departamento, hizo lo que había planeado, se baño lo más rápido que pudo, escogió un elegante traje, quería que fuera lo más formal, arreglo sus castaños cabellos y se dirigió a su Lamborghini, tenía que conducir bastante, subió y se puso en marcha hacia Florencia.

Pasaron alrededor de tres horas cuando llegó a las principales calles de Florencia, cuando el atardecer lo recibía, a JungKook realmente le gustaba la ciudad, su arquitectura y arte renacentista, era como transportarse a otro mundo, agradeció que Jimin viviera en el centro de la ciudad y no tuviese que conducir más, cuando llegó a la dirección que su novio le había dado y su GPS indicaba que era correcto, aparco, estaba emocionado, algo en su interior le decía que hoy sería un momento decisivo en su vida, eso era obvio, pediría la mano del hombre que amaba, por décima vez quizás más volvió a suspirar, se miró de nuevo en el espejo, en donde sintió una aprobación de su reflejo, bajo de su Lamborghini, abrió la cerca que había para ingresar al pequeño jardín de la casa y tocó la puerta, sus piernas empezaron a sentirse como gelatina, "Dios mío" los nervios de nuevo estaban por acabarlo, iba a escapar de ahí, pero no podía hacerle eso a Jimin, estaba con un debate mental, cuando la puerta fue abierta.

Jimin lucía radiante, también llevaba puesto un traje que remarcaba su hermoso cuerpo, además de que estaba bastante ajustado, mostrando los lugares exactos, había teñido el cabello de un tono plata que resaltaba su piel blanca y sus rasgos que con maquillaje lo hacían lucir como un ángel.

-Kook, llegaste temprano- se abalanzó a él, para envolver su cuello en sus brazos, le dio un beso y sonrió.

-Minmi, amor te ves hermoso- rozó su nariz con la del contrario.

-Pero qué descortés, pasa, mis padres no están, fueron a la panadería a tres cuadras de aquí, venden un pastel delicioso, se que te encantará- tomó la mano del castaño y lo dirigió al interior, en donde una hermosa sala color caoba lo recibió, a pesar de ser una casa pequeña, estaba decorada muy bonito, tenía un ambiente familiar, pero además de eso había algo peculiar, extraño, conocido, que de cierta manera JungKook no pudo descifrar.