⌗ Exclusively for my Mommy | Jenlisa

2.- Mi jefa, tu jefa.

Tres días después, llegaba fin de semana y con ello Lisa se iba a estar en el trabajo de su padre ya que estar en casa era más aburrido según ella,  pero también era para ver las curvas de la jefa de su padre. 

                   

- No molestes a nadie hija. 

                   

- Nunca lo hago.

                   

En un momento cuando el padre fue al baño y ella quedo sola en su pequeña oficina, empezó a dibujar una flor, cosa que le llegó a su mente a semejanza de la señorita Kim...

                   

- Haciendo el trabajo de tu padre. 

                   

Lisa pegó un brinco en su silla y posó una mano en su pecho para ver a esa diosa, quien reía por lo que había echo Lisa. 

                   

- Me asustaste. 

                   

- Lo siento, pero no es como si estuvieras haciendo algo malo para asustarte.

                   

- En teoría.

                   

- ¿En teoría? 

                   

- No..  Yo.. Lo que quise decir es..  Es que.. - Suspiro - Mejor olvídalo.

                   

- Lo olvidaría, pero ya me intriga,  dime Manobal ¿En qué pensabas? ¿Acaso era en ese chico? El de la cafetería aquella. 

                   

- ¿Qué?  No,  jamás,  lo odio,  no me gusta,  no es mi tipo, mi tipo es... - Pero casi lo dice si no fuera porque se tapó la boca,  poniendo en signos de pregunta la cara de la jefa - Mis gustos son otros - Dijo. 

                   

- Ya veo... Ah,  si vos estas muy aburrida, si gustas puedes ir a mi oficina y me ayudas con algunas cosas. 

                   

- ¿Puedo? 

                   

- Claro, eres permitida aquí solo por mi, así que aprovecha - Me guiñó un ojo y tocó con su dedo índice mi barbilla - Nos vemos Manobal.

                   

La chica vio cuando se iba, sus ojos se ajustaron como mira de largo alcance hasta su trasero. Se mordió el labio y justo llegó su padre. 

                   

- ¿Qué pasa cariño? ¿Acabas de ver algo que te gusta? - Las mejillas de Lisa se pusieron rosa y negó a su padre.

                   

- Solo recordé algo. 

                   

Luego de un rato, le contó lo que su jefa le había dicho, él solo sonrío y aceptó  que fuera, Lisa trató de ir lo más tranquila pero sus nervios decían otra cosa, sentía sus piernas titireteando de nervios por que dar sola con esa mujer en su gran oficina. 

                   

Las miradas de esos hombres verdes se le quedaban viendo, pero Lisa se comportó  y siguió su camino, aunque esa falda blanca pequeña no podía lograr nada para que esos empresarios la dejaran de ver.  Entró luego de haber dicho a la secretaria que si podía pasar, ahora esta enfrente de ella con su corazón a punto de reventar. 

                   

- Ven,  siéntate, me conoces, no muerdo.

                   

Lisa camino lentamente y una pequeña mirada de la jefa que hizo a la joven percibir algo, los ojos de la mujer,  por segundos miro la falda de ella.  Al sentarse la mujer le ofreció  un baso de agua pues no podía darle licor.

                   

- ¿No estas muy mayor para usar esas faldas? - Lisa se mordió el labio. 

                   

- Lo sé,  lo siento, no volveré a venir así - Y aquí es donde entra el juego de una adolescente, el juego que te da permiso de todo si lo sabes jugar. 

                   

- No espera,  no dije que no volverás a venir así, solo que.. Que no sé,  no se ve mucho a jóvenes de tu edad así - Mentía, muchas andan así, solo esta ocultando algo,  suponía Lalisa. 

                   

- ¿Para que me necesitaba? 

                   

- ¡Ah! Si,  mira,  tengo ordenar unos archivos y no quiero molestar a mi secretaria,  así que vi que estabas aburrida y quise decirte.

                   

- Claro.

                   

Lisa se levantó y fue al lado de la jefa para que esta le explicara y así se llevó parte de los minutos para luego empezar a ordenar.