★3. Ocultar Saturno

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El avance del tiempo es como la lluvia, cae sobre nosotros de diferentes formas. A veces la sentimos, otras pasa desapercibido y cuando nos queremos dar cuenta, estamos empapados.

Así transcurre tu existencia. El tiempo llueve sobre ti y las semanas con lentitud se van convirtiendo en meses.

Todo va bien dentro de lo que se puede. El secreto está a salvo y eso es lo más importante.

Hoy, en unas horas más, tienes una pequeña prueba de fuego. Haciendo gala de la tradición que mantienen desde hace veinte años, te toca reunión con Julieta para celebrar su cumpleaños.

—¿Puedes creer que cumple treinta y ocho? —le dices a John por teléfono, él iba a regresar hace dos meses atrás, pero el trabajo se retrasó y para tu alivio, sigue en el sur—. Parece que ayer la iba a buscar a la casa de mi hermano y ella me esperaba con su vestidito morado de vuelos...

—Siempre se me confunde su edad. En mi cabeza sigue teniendo veinte.

—Pero treinta y ocho no es tanto, tampoco. Ya quisiera tener esa edad.

—Tendríamos más vitalidad y estamina.

John suelta una risita boba. Y suspira, contento con su propia broma.

—¿A qué hora se van a reunir?

—A las tres. Yo ya me voy a levantar para bañarme.

—Oh, es el momento ideal para hacer una llamada de vídeo, entonces.

—No seas ridículo. No sé hacer esas cosas.

—Eres aburrido.

—Soy un anciano, los ancianos son aburridos.

Él se ríe. Es bonito cuando ambos están felices, aún si es con situaciones bobas como esta. Siempre ha sido igual. Esperas que nunca deje de serlo.

Charlan un poco más sobre las nimiedades de sus días, John te dice que han dejado de a poco el trabajo de campo y si todo va como lo tienen planeado, va a poder regresar a fin de mes. O a lo mejor un poco antes. Tú no tienes nada demasiado nuevo para contar, el trabajo en el Planetario ha sido organizar charlas y exposiciones para el otoño del 2016 y en la Universidad sigues la misma aburrida rutina de hace años: teorizar sobre orígenes e invitar a la investigación.

Hablan también del futuro, ambos se entusiasmaron con la posibilidad de viajar. John hasta se tomó la molestia de investigar hostales y cabañas para el 2016 y algunos miembros de su grupo de trabajo le recomendaron lugares fuera de los que investigaron. Ninguno sugirió Punta Arenas, pero algo es algo y todo suena como una posibilidad tangible.

Como un sueño que podría volverse realidad.

La conversación te da una vitalidad agradable que se queda contigo después de despedirse. Te levantas con la promesa de un domingo repleto de posibilidades.

—Tenemos que cambiar esta tina por una ducha, definitivamente —dices con fastidio mientras te agarras de la barandilla metálica que está a un costado—. Ya no aguanto levantar tanto las piernas para salir. Y hace mucho no usamos la tina como se debe...

Te crujen las rodillas y el baño está repleto de vapor. Pisas con cuidado para no resbalar. Sería bastante humillante caerte y romperte el cuello en pelotas.

Limpias el pequeño espejo y te vistes con lentitud. La tela de la polera de piqué que Julieta te regaló alguna vez se siente fresca contra tu piel; ella había dicho que el color te hacía ver más jovial. Tú crees que te hace ver acartonado y tonto, pero este es un día especial, puedes dejar tus prejuicios atrás.

Falla estelar [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora