étincelles; sparkles •knowmin•

✧･ﾟ: *; me enamoré

"Con tan solo semanas a tu lado siento que el calor aumenta si me ves. ¿Puedes besarme ahora cuando nadie nos ve? Sé que quieres, sé que puedes."

Seungmin suelta un suspiro en la comodidad de su hogar con el televisor encendido en el canal de variedades.

Un programa poco interesante se transmite haciendo que la atención al televisor sea nula. Prácticamente el sonido es lo único que llena la habitación, eso y el sonido de sus labios uniéndose con desespero.

Porque sí, los cambios inesperados pueden pasar, las cosas poco usuales se dan, y los besos de Lee Minho en su cuello se sienten tan bien que casi quiere preguntar el porqué.

Pero la verdad es otra, Kim Seungmin disfruta de la cercanía de sus cuerpos, disfruta sus dedos en su cintura y en su rostro como no se imaginan. Siente cómo su cuerpo se une con el contrario para pedir contacto.

No era lo que esperaba.

Pero sí que lo deseaba.

Minho besa sus labios despacio arrancándole demasiados suspiros, no solo por el acto sino por la fricción entre sus cuerpos.

—Min. —Le llama.

El contrario se detiene y conecta sus miradas viendo cómo el menor se llena de placer, sus orbes tomando necesidad, sus labios pidiendo más y su cuello y pecho siendo todo lo que quiere besar y tocar.

—Dime, cachorro.

Seungmin lo empuja por los hombros haciendo que el contrario quede sentado en la esquina del sillón, permitiendole así llegar a su regazo y depositar su cuerpo sobre el mayor y este gustoso lo recibe, delineando su pequeña cintura, atrayéndole hacía sí para besarlo de nuevo.

Si bien sus labios quemaban, sus cuerpos ardían. Seungmin se mueve sobre el azabache haciendo que la necesidad sea mayor.

Ninguno decía nada, luego de tres semanas de pasear juntos por Seúl, ir de compras, jugar online, y compartir vestidor se habían vuelto íntimos a tal punto de encontrarse en la casa del otro.

Pero esta vez es diferente a la tarde anterior, en donde se hicieron cosquillas y compartieron un cálido beso.

Esta vez es diferente porque los sentimientos están a flor de piel, el deseo sobre él y el amor de su vida frente suyo.

Minho por su parte observaba cómo Seungmin se separaba de sus labios para tomar aire y besarle de nuevo. La respiración del otro era pesada, tanto que mejor le detuvo.

—Nunca te vayas. —Pidió al borde del llanto.

—Hey, hey —Susurró —No voy a irme.

—N-no pue-puedes, Minho.

Seungmin delinea la barbilla del pelinegro, quien deposita pequeños besos en la cara del contrario para que tome un poco más de aire.

—Minho, quiero decirte algo.

El mayor asintió y se alejó de su rostro.

—No quiero que esto sea pasajero, es decir, me gustas y quiero intentarlo. Quiero sentir mariposas en el estómago como la primera vez que te vi, quiero adorarte el resto de mis días, quiero eso y más a tu lado, Lee Minho.

Este último sonrió, y besando el rostro del menor lo supo. Aquella vez que le vio como si estuviese perdido, aquella vez que le llamó cariño en broma, aquella vez que le besó la mejilla, aquella vez que cruzaron la calle tomados de la mano, Lee Minho lo supo.

—Me enamoré de ti, Seungmin. —Soltó y el castaño le besó.

Ellos no lo sabían del todo, pero estaban esperando ser amados correctamente, estaban esperando ser apreciados correctamente, estaban esperando enamorarse de verdad.