Recuerdo que mi regalo más preciado fue en mi octavo cumpleaños, mi madre me regaló una caja musical, de ella se desbordaban hermosas melodias, me hizo soñar, me hizo pensar... ¡que cada paso que daría sería una composición que me haría volar!
Y así fue como sin darme cuenta comencé a bailar.
En el salón de prácticas me imaginaba en cada teatro en el que quería estar, recibiendo aplausos y flores por tan conmovedora escena presenciada, de fondo siempre escuché la misma melodía, ella era la que le daba forma a mis zapatillas de cristal.
Un día, sin darme cuenta y por ser descuidada, mi caja se rompió... Y con ella, todos mis sueños se fueron al más fondo abismo del cual jamás podría alcanzar.
Llore cada día y cada noche, mi alma poco a poco se retorcía y mi rostro se manzchaba de tristeza.
Una noche, sin poder creerlo me desperté entre lágrimas ¡y la escuché otra vez! Era la melodía que tanto amaba y extrañaba, sin pensarlo mucho y a pesar de mi desfallecer salí de casa descalza y en pijamas buscando aquello que tanto anhelaba.
En el claro del bosque tras la cabaña, la pude ver a ella bailando, era un hada iluminada por la luz de la luna. Sus pasos marcaban un bello compás, me quedé como una tonta a observarla bailar, y cuando me vine a dar cuenta me había acercado hasta ella, no sabía muy bien que hacer pero la música estaba allí y nuestros pasos comenzaron a tomar forma poco a poco, creando así una nueva.
—No se porque mi sueño termino tan pronto... Si el no dependía de esa caja musical.
—Nunca es tarde, para empezar a hacer una nueva melodía —me dijo ella mientras el sol salía y el final de nuestra sinfonía llegaba a su fin.
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Una Caja Musical
Short StoryRelatos, cuentos, historias cortas nos contará está cajita musical; no la dejes de reproducir 💜.