Me levanto lo más rápido que puedo, sosteniendo fuertemente los libros que acabo de recoger.
Este chico frente a mí no puede ser River. El que yo conozco es callado, siempre usa abrigos con capucha y jamás se despega de sus audífonos. Este es... popular y juega fútbol, todo lo contrario.
– ¿Te he visto antes? – me pregunta.
– No lo creo, jamás me notarias. – digo de golpe.
¿¡QUE ACABO DE DECIR?! Juro que esa no fui yo, esa frase nunca pasó por mi mente. Fue como un impulso.
– Oh. – dice mirándome fijamente a los ojos.
– River, Olivia te...– un chico con tez latina y cabello enrulado también con el abrigo del equipo llega de repente y pone su mano en el hombro de River. –Eh, ¿Quién es esa? – pregunta aguantando una risa.
¿Tengo cara de payaso o porque se ríe?
– En realidad no sé quién es. – River le susurra cerca.
– Aspen, – sonrío sarcásticamente – y ya me tengo que ir. – me doy la vuelta y camino hasta la entrada del salón de clases donde Violet me estaba esperando boquiabierta.
– ¿Le acabas de hablar a River? – pregunta Violet sorprendida.
– Si... ¿Qué tiene?
– ¿Qué tiene? ¿Estás loca? Es el chico más popular de la escuela, el capitán del equipo de fútbol y su novia es la capitana de las porristas. ¿Cómo no sabes eso? Si has estado toda tu vida en esta escuela. – pregunta.
–Eh sí, se me había olvidado. – miento –Pero ¿Por qué los tienen en un altar? Solo son adolescentes como nosotras.
–Así es la secundaria Aspen, ya deberías saberlo. Aquí hay como una pirámide de sociedad. Arriba está la monarquía, también conocido como los populares: los chicos del equipo de fútbol, las porristas, los que tienen más de diez mil seguidores en Instagram y los que sus padres son dueños de cosas. Luego sigue la nobleza o los que son amigos de los populares. Siguen los burgueses o los normales: los que están en el club de teatro, en el coro, los que están en arte y así. Y por último están los campesinos o los rechazados: los que están en el equipo de robótica, matemáticas, debate o simplemente nerds. Nosotras pertenecemos en el último por si no lo has notado. – pone su mano en mi hombro.
– No puedo creer que hayas usado la pirámide de sociedad de la edad media para explicarme nuestro estatus social en estas cuatro paredes llena de adolescentes hormonales. – me río.
– Por algo tengo solo dieces en historia. – ella ríe y entra al salón, yo la sigo.
ESTÁS LEYENDO
Viviendo en un cliché
RomanceAspen Keller odia todo lo que tenga que ver con romance, más si se trata de los clichés. Un día se despierta como todos los días para ir a la escuela, pero algo está mal. ¿Porqué se ve como las típicas nerds de los clichés? Lentes, el moño improvisa...