–Violet no voy a ver El Stand de los Besos por quinta vez, ya no soporto ese tipo de películas. – digo un poco irritada.
–Oh vamos Aspen, esta es la última vez te lo ruego mejor amiga de mi corazón. – ella junta las manos rogando haciendo un puchero.
–Como diría mi querido Dylan O'Brien "Que no ¿Quieres oírlo en español? NO"
–Pero si estás hablando español... – me mira confundida.
Me le quedo viendo a los ojos y suspiro.
–Ese no es el punto, la cosa es que no volveré a ver esa película o juro que mis ojos sangrarán.
– Que aguafiestas, bien que te gustó Noah Flynn las cuatro veces que la vimos. – se acomoda el cabello detrás de la oreja mirándome de arriba abajo.
El autobús se estaciona al frente de la puerta de la escuela y el conductor nos indica que ya podemos bajarnos.
Violet y yo bajamos juntas del bus y caminamos hasta nuestro salón de clases.
– Aspen, mira quien está ahí. – dice Violet de forma coqueta. No le entiendo nada hasta que giro hacia un lado entrando al salón.
River Lennox estaba ahí como siempre, dibujando con sus audífonos de cable puestos. Con ese abrigo verde oscuro que usa casi todos los días. Su cabello castaño despeinado y la mandíbula tan marcada que juro que puede cortar una hoja de papel.
– Deja de mirarlo que se nota que le estás leyendo hasta los pensamientos. – Violet me da un pequeño golpe en el brazo.
– Ojala pudiera leerle los pensamientos. – digo en voz baja.
– Eso sería llevar el acoso a otro nivel. – bromeó Violet. La miro de mala manera y ella me da una sonrisa divertida.
Creo que River notó que lo estábamos mirando y levantó la mirada desde su cuaderno de dibujo a nosotras. Al él verme directo a los ojos quité la mirada rápidamente y comencé a caminar hacia mi silla. Violet me siguió rápidamente y se sentó en la silla frente a mí.
Más disimuladas no pudimos ser.
Son las dos de la tarde, las clases terminan y regreso a mi casa.
Me salvé de ver El Stand de los Besos con Violet porque su mamá la llamó para que fuera con ella a buscar vestidos para el baile de graduación que es en tres semanas.
Yo aún no consigo mi vestido, posible y lo compro un día antes.
Agarro mi bocina y pongo Bohemian Rhapsody de Queen a todo volumen. Mis padres aún están en el trabajo así que no hay nadie quien se queje de la música. Claro si es que un vecino no viene a quejarse porque le molesta la joyita de canción que se escucha hasta su casa.
ESTÁS LEYENDO
Viviendo en un cliché
RomansAspen Keller odia todo lo que tenga que ver con romance, más si se trata de los clichés. Un día se despierta como todos los días para ir a la escuela, pero algo está mal. ¿Porqué se ve como las típicas nerds de los clichés? Lentes, el moño improvisa...