La ciudad Yi comenzó a enfriarse bruscamente tras una lluvia otoñal.
El cambio de estación supone una alta tasa de gripe, e incluso Lin Chen, que está con Lian Jue, ha caído presa de esta enfermedad. Lian Jue ha dictado una norma para que los empleados que estén resfriados lleven mascarilla en el trabajo, y Lin Chen está claramente preocupado por contagiar al Sr. Shen con su propio resfriado, por lo que intenta evitar acercarse demasiado a Lian Jue.
Shen Tingwei descubrió poco a poco que había algunos cambios sustanciales en Lian Jue en comparación con antes.
En el pasado, Lian Jue siempre mantenía la boca cerrada cuando se trataba de los detalles más tiernos, pero ahora podía decir algo de vez en cuando que hacía que Shen Tingwei se sintiera un poco abrigado.
Por ejemplo, una mañana, antes de salir, le pidió que subiera y se pusiera ropa más gruesa, y luego empezó a acompañarle a todas las revisiones de maternidad y a recordarle las precauciones que el médico le había explicado en su momento.
Aunque seguía utilizando el mismo tono frío, Shen Tingwei podía sentir que Lian intentaba tratarse a sí mismo de una manera que claramente no se le daba bien.
Este sorprendente descubrimiento hizo que Shen Tingwei se sintiera como si estuviera sumergiendo en un tarro de miel cada día, con un sabor dulce que crecía desde la punta de su corazón.
Así que Shen Tingwei, consciente o inconscientemente, se dio cuenta cada vez más de los hábitos de Lian Jue.
Aunque Lian Jue no hablaba mucho de sus preferencias, Shen Tingwei consiguió hacerse una buena idea de los gustos de Lian Jue durante muchas comidas juntos.
Había algunos platos que le gustaban y ese día comía más, mientras que había otros que no le gustaban tanto y casi no tocaba ninguno.
Así, poco a poco, Lian Jue también notó que los platos que aparecían en la mesa eran cada vez más de su gusto.
Y cada vez que lo mencionaba intencionadamente o no, Shen Tingwei se limitaba a fruncir los labios y sonreír ligeramente, a veces fingiendo no saber, actuando como si estuviera sorprendido y diciendo: "Ah, ¿te gusta? Entonces haré más esta noche". Era como si no hubiera hecho nada y todo siguiera con naturalidad, acompasando subliminalmente el ritmo de la vida de cada uno.
Fue también durante esta época cuando empezó a surgir la renovada ilusión por la vida de Shen Tingwei.
Llevaba contando los días en su mente desde que entró a octubre, y cada mañana que se acercaba al día 16 se levantaba con más ilusión.
El sueño de Shen Tingwei era ligero, y abrió los ojos cuando sonó el sonido del agua en el cuarto de baño. No sabía si todavía había luz o si estaba nublado de nuevo, y la luz apagada se proyectaba en medio de las cortinas abiertas.
Shen Tingwei entornó los ojos mirando el reloj electrónico de la mesilla de noche, aún no eran las seis, pero se había alegrado desde el momento en que se despertó.
Anoche había dejado una abertura en la ventana y la brisa de la mañana era ahora un poco más fresca, pero Shen Tingwei quería acostarse un rato más, así que no cerró la ventana y volvió a meter el brazo bajo la manta.
Se dio la vuelta lentamente, sujetándose el estómago, y la manta de su lado aún estaba caliente de cuando la persona en la cama se había despertado.
La lámpara de calefacción del cuarto de baño brillaba con una cálida luz amarilla procedente del cristal esmerilado, un poco cegadora. Tiró de las sábanas hacia arriba, ocultando la mayor parte de su rostro bajo ellas, y todo su cuerpo cayó en el olor y el calor familiares.
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A. V [ABO]
Novela JuvenilEl bello omega se cruza con la sociedad normal una vez y acaba borracho en la calle por las feromonas que liberó. A Shen Tingwei, un omega que no puede beber, le acompaña el aroma del vino de arándanos que emana de sus glándulas. Pero esta vez, el o...