Pongo Mozart una vez en el carro , los gritos ahogados de Ximena me ponen nervioso.
No me gusta estar nervioso , me gusta estar en control .
-ximena- la llamo cuando la veo dirigirse a su auto .
El estacionamiento es un lugar perfecto , oscuro y sin gente a su alrededor .
Me mira con miedo cuando se gira .
Ella siempre lo supo .Siempre supo que estaba hecha para algo más grande .
Sus ojos están inyectados en sangre cuando abro el maletero , vuelve a intentar gritar pero la mordaza en su boca hace que el grito salga amortiguado .
La golpeó en la cabeza en medio de forcejeo .
Con el tiempo sabes dónde golpear para acabar con ellas .
Es un ritual todo lo que hago ...
Las desvisto , las baño y luego las pongo en mi improvisada mesa quirúrgica .Cortando pedazo a pedazo para inmortalizarlas .
Reviso una vez más los ojos sin vida de Ximena .
Voy a sus pies con un bisturí del 10.
Siempre me quedo con el dedo meñique , pero al ser la última merece que sea más de un dedo.Me dispongo a cortar , sobre exitado por finalizar mi colección .
Acarició sus pequeños pies con devoción cuando uno de los bisturí de mi bandeja se encuentra en mi yugular .
Me ahogó con la sangre incrédulo ante la vista .
Mi número 12 , mi Ximena .
Sentada en la mesa .
Yo sólo necesitaba una más ...
ESTÁS LEYENDO
Para la colección
غير روائيsólo necesitaba una más . Debí elegir una que no supiese luchar .