— Mamá, tuve muchas pesadillas, ¿puedo dormir con ustedes? — habló la niña desde la puerta la llevaba consigo a su amado oso Teddy.
Lena cerró los ojos con fuerza mientras las lágrimas bajaban por sus mejillas, intentó mantenerse serena para que ella no sospechara nada.
Por otro lado, Kara, tragó saliva con pesadez y hablo con voz casi ahogada.
— Por supuesto que sí, cariño, pero a mi lado por qué tu madre no se siente bien. — habló mientras se movía más cerca de Lena.
— Esta bien, mamá.
La niña caminó lentamente hasta la cama y se subió sin ayuda, kara contra todo pronóstico la arropó y suspiró.
— Buenas noches, madres.
— Buenas noches, cariño. — contestó Kara con dificultad.
A la mañana siguiente ambas mujeres bajaron con rapidez y salieron a toda prisa de la casa, no se preocuparon por llevar nada consigo, lo único que querían es que el fantasma de una niña dejará de dormir con ellas todas las noches.
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Lena escondiéndosedetrás de Kara:
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