𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒; 𝗍𝗁𝗂𝖺𝗇𝖺

» 𝙵𝙾𝚁 𝚃𝙷𝙴 𝚁𝙴𝚂𝚃 𝙾𝙵 𝙾𝚄𝚁 𝙻𝙸𝙵𝙴𝚂.

La tarde estaba llegando a su fin, y ambos se sentían afortunados de poder disfrutar de esa maravillosa puesta de sol, juntos.

La tibia arena en contacto con sus pies, los hacía sentir felices, de alguna forma. Sus manos entrelazadas se movían lentamente mientras caminaban en un cómodo silencio.

Sus cabellos pelirrojos se movían de forma alborotada por causa del viento, algo que a él le fascinaba.

—Voy a extrañar nuestros paseos por la playa... —ella se atrevió a hablar por primera vez desde que habían comenzado con la caminata.

—Lo sé, yo también, pero debemos volver...

Ella asintió dejando escapar un corto suspiro, mientras abrazaba el brazo de su novio.

—¿Haz hablado ya con Bia? —preguntó, dejando un delicado beso en los pelirrojos cabellos de Ana.

—¡Sí! Ha dicho que ella y mis padres nos recogerán en el aeropuerto en cuanto lleguemos, así que debo enviarle la información sobre nuestro vuelo esta noche.

Continuaron caminando en silencio, escuchando nada más que el sonido de la olas romperse en la orilla y las risas de los niños que jugaban en la arena.

—Volveré a ver a tu padre, debo confesar que eso me pone algo nervioso. —dijo de repente, logrando que su novia riera— ¡Hey, no es para nada gracioso!

—Pues no te preocupes, puedes estar seguro de que le caes muy bien.

—Eso no fue lo que demostró la última vez que nos vimos.

Ana soltó una corta risa antes de volver a hablar. —Insisto, no debes preocuparte, le agradas y mucho, más aún después de todo lo que haz hecho por mí.

El moreno se mantuvo en silencio por un momento, tomó las manos de su novia entre las suyas y las llevó a sus labios, dejando un tierno beso en sus nudillos.

—Sabes que haría cualquier cosa por ti ¿No?

Ella sonrió antes de acercarse y besar sus labios.—Lo sé, y creo que nunca conseguiré encontrar una forma para agradecerte todo lo que ya haz hecho por mí.

Volvieron a entrelazar sus manos y continuaron con su caminata por la playa. El sol estaba ya en su último punto, apenas a unos minutos de desaparecer para dar lugar a la bonita y fresca noche. Fue entonces, que el moreno decidió que sería el momento perfecto para hacer lo que venía planeando hace unas cuantas semanas.

—Creo que sí hay algo que puedes hacer. —dijo de repente, deteniéndose.

Ana lo miró confusa.

—Sobre lo que dijiste, de agradecerme. —explicó, arrepintiéndose enseguida por la elección de palabras— Es decir, no es que... , no estoy diciendo que debas hacerlo... . Sabes que jamás te pediría que hicieras tal cosa porque... , no quiero que pienses que tienes que hacerlo... .

—¡Thiago! —lo interrumpió, llevando sus manos a sus mejillas— Sé que jamás me pedirías que lo hiciera. Y entiendo que no fue eso lo que quisiste decir.

Ambos rieron. Y Thiago consiguió relajarse un poco.

—No es una forma de agradecimento, pero me harías la persona más feliz del mundo si lo hicieras. Y creo que sería yo el que te estaría agradecido toda la vida por haberlo hecho.

—¿En serio? ¿Y qué se supone que es?

El moreno dejó un largo suspiro escapar. Ya había ensayado lo que diría pero parecía que ahora su mente se encontra totalmente en blanco.

Miró hacia abajo unos segundos, tratando de encontrar el valor para lo que estaba a punto de hacer, y tomó las manos de la pelirroja que lo miraba confusa.

—He querido hacer esto desde hace muchísimo, pero creo que nunca he encontrado el momento perfecto. —su mirada se dirigió a la puesta de sol que se encontraba frente a ellos— Hasta que recordé lo que alguien una vez me dijo: "Nosotros hacemos perfectos a los momentos" —ambos sonrieron.

—Tu madre era muy buena con las palabras.

—Sí, de verdad lo era. —acarició las manos de Ana con sus pulgares, tomando valor para continuar— Siempre que damos un paso importante en nuestra relación, recordamos la primera vez que nos vimos, creo que hoy no puede ser diferente. Cuando te conocí, de alguna forma supe que mi vida, si no estabas en ella, no sería la misma.

Hizo una pausa, llevando su mano derecha al bolsillo de su pantalón, en busca de la pequeña caja de color negro que tenía adentro el anillo que alguna vez, perteneció a su madre.

—Desde que volviste, luego de haber desaparecido por cinco años, me ha quedado claro que te necesito conmigo. —una de sus rodillas tocó la arena y vio las manos de su novia cubrir su boca, al tiempo en que habría la pequeña caja en sus manos— Quiero poder compartir contigo cada momento, no importa si es bueno o malo, quiero pasar el resto de mi vida a tu lado... así que Ana, ¿me harías el hombre más feliz, aceptando ser mi esposa?

La pelirroja se encontraba sin palabras y algunas lágrimas comenzaban a formarse en sus ojos. No estaba esperando una propuesta de matrimonio.

El silencio de su novia lo alarmó un poco, ¿Se había apresurado para proponerselo? Antes de que más pensamientos abrumadores llenaran su mente, vio la sonrisa de Ana y un asentir de cabeza antes de escuchar sus palabras:

—Claro que quiero pasar el resto de mi vida contigo Thiago. —ella lo ayudó a levantarse y le dio su mano para que colocara el anillo en su dedo anular izquierdo. La joya era preciosa.

El morocho la tomó en sus brazos, girando con ella en lo que la besaba. La felicidad de ambos era gigante y cualquiera que los viera podría notarlo.

eemm hola? jasjja hace mucho no aparecía por acá.

bueno, este oneshot esta en mis borradores hace muuucho y el otro día se me dio por terminarlo jajsj, espero q les guste (comenten porfa, hace mucho q no escribía algo de ellos 🥺). disculpen si hay algún error, lo revisé pero a veces se me pasa.

tal vez aparezca de vez en cuando a soltar escritos q tengo de ellos(?

bueno, chauuu 💘