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Seguir viendo su rostro en aquella fotografía enmarcada; me hacía un gran daño a mi mismo el recordar su cabello largo, el fleco que cubría esa frente tan linda pero que tanto le molestaba diciendo que era demasiado grande, su manera retro de vestir, con accesorios extravagantes pero que la hacían lucir como alguna artista con joyas caras, sus ojos eran pequeños, pero dentro de ellos había un mundo que contrastaba con sus gruesos y perfectos labios rosados, tan besables. Daría lo que fuera solo para volver a oír su voz escucharla cantar más desafinada que un gallo enfermo cacareando, reír y bromear a su lado... hubiera dado lo que fuera por ayudarla aquel día más llegue demasiado tarde.
De mi mente no puedo borrar los recuerdos de encontrarla recostada múltiples veces sobre una cama de hospital por no ingerir ningún alimento o bebida en días gracias a su enfermedad mental me destruía lentamente; rogarle por que comiera intentarle hacerle entender que ella existía que no era producto de su imaginación su existencia en este mundo. Cada intento de querer mutilarse alguna parte de su cuerpo, cada que la perdía más de mi lado lo viví con ella durante los ocho largos y eternos meses que pude presenciar mientras la cuidaba; al parecer jamás cuide bien de ella ya que un día pude ver con mis propios ojos como se intentaba deshacer de una de sus manos deslizaba con lentitud aquel objeto afilado por su piel sin una pizca de dolor en su rostro aquel líquido color carmesí recorría parte de su brazo y piernas hasta encontrarse con el suelo de su habitación... lo único que pude hacer en esos momentos fue gritar su nombre.

—!SCARLETT¡

Sus ojos siempre tenían un brillo que la caracterizaban más en esos momentos que volteó a verme su mirada era oscura, sin brillo alguno ocasionando un escalofrío por toda mi espina dorsal; se encontraba pálida... su piel casi pegada a sus huesos. Me acerqué rápidamente a ella sin importarme mucho manchar mi ropa y cuerpo con su sangre; arrebate de sus manos aquella navaja Dewalt DWHT10272: tome el primer trapo que estaba en mi alcance para poder aplicar presión en la herida abierta de la cual no dejaba de salir sangre, Scarlett veía todo sin algún tipo de interés.

—Demonios... Scar necesitas ir al hospital ahora mismo.—Buscaba mi teléfono con rapidez y algo de torpeza para marcar el número de emergencias.

—¿Qué se supone que intentas detener Sunno? Solo retrasas el echo de que me deshaga de una parte de mi cuerpo que no me sirve.—Dijo mientras sonreía lentamente.— No siento nada, ningún tipo de dolor o sentimiento como hambre y sed, nada de lo qué hay aquí es real nada ni nadie existe.—Carcajea levemente dejándome impactado para segundos más tarde verla desplomarse entre mis brazos seguido de una voz femenina proveniente de mi celular.

—119 ¿Cuál es su emergencia?

— Necesito una ambulancia...

(...)

—Tiene mucha suerte joven si hubiera tardado unos cuantos minutos más la paciente no hubiera logrado sobrevivir ya que la herida fue bastante profunda. La tendremos en observación unos minutos más y necesitaremos identificar si la joven se encuentra en total disposición para hacerle un par de preguntas sobre su estado actual ya que a lo que me comentó usted sobre la joven Scarlett ella sufre un problema psicológico y ella no es consiente de ello, ¿Por esa razón se autolesiono?

—Si, emm ¿Puedo pasar a verla?

El doctor hace un ademan para seguir su camino por el pasillo, al entrar a la habitación me llevo la grata sorpresa de no encontrar a Scarlett en ningún rincón de la habitación. Solamente siento la suave brisa que entra por la venta para poder caer en cuenta que se fugo del hospital y notar una hoja de papel arrugada con la letra de Scarlett escrita en ella par así poder tomarla entre mis manos:

 Solamente siento la suave brisa que entra por la venta para poder caer en cuenta que se fugo del hospital y notar una hoja de papel arrugada con la letra de Scarlett escrita en ella par así poder tomarla entre mis manos:

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Destrozo aquella hoja con tanto odio y asco, que patético me veo en estos momentos para en medio de una habitación de hospital donde han descartado mi ayuda como si de una enfermedad contagiosa se tratara. Con un sentimiento de exasperación e ineptitud llevo mis manos a mi rostro dándome cuenta que gruesas lagrimas recorrían mis mejillas hasta ellas poder encontrarse con el cuello de mi camiseta negra o con el frio suelo del cuarto; verme desde la posición donde estoy es... irónico da gracia ver como Scarlett desecha mi ayuda...

—Demonios Scarlett ¿Enserio quieres morir?— Comienzo a reírme de mi propia situación como si de una broma se tratase mientras lagrimas aun recorrían mis mejillas.— A LA MIERDA TODO.— No me di cuenta de lo mal que me encontraba hasta ver la habitación del hospital hecho un desastre ocasionado por mis propias manos.

— No me di cuenta de lo mal que me encontraba hasta ver la habitación del hospital hecho un desastre ocasionado por mis propias manos

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121st General Hospital Seúl, Corea.
Dirección: 9 Marunnae-ro, Jung-gu, Seúl (서울특별시 중구 마른내로 9)
Número: 82-27-945-5315

Número de archivo: 6826
Nombre: Lee HeeSeung
Fecha de nacimiento: 15/10/2001
Trastorno: Síndrome De Cotard
Estado Anterior: Estable
Estado Actual: En observación
Medicación: Terapia electro-convulsiva (85 a 110 voltios), antidepresivos, antipsicóticos y ansiolíticos.
Acciones cometidas: Dejó de ingerir alimentos y bebidas
Síntomas: Depresión aguda, ansiedad, palpitaciones, sudor frío, temor, delirios constantes.
OPI-A: Fue diagnosticado con el síndrome de Cotard a la edad de 15 años desde ent meces fue sometido a terapia electro-convulsiva con 85 a 110 voltios dando lentamente resultados positivos y estar bajo medicación con antidepresivos, entre otros medicamentos. Se llevó a cabo el método de alimentación que rodea el tracto gastrointestinal y se le suministraba alimento a través de una vena. Ingreso al hospital psiquiátrico a la edad de 15 años y salió a la edad de 17 años.

Recientemente se dio a conocer una posible recaída en el paciente.

—Entonces Dr.Lee ¿Agendo una cita para la terapia electro-convulsiva para dentro de una semana?— Asiento levemente.

—Si ya que al parecer HeeSeung sufrió una recaída y al parecer esta vez los delirios son cada vez más constantes.

—Por cierto Dr. Lee, desapareció el expediente de la joven Scarlett Fischer ¿La recuerda? Ella igualmente padecía el síndrome de Cotard.

—Lo recuerdo su caso fue muy complicado y ya estaba bastante avanzado, jamás asistió a una cita para llevar a cabo el procedimiento. Lamentablemente no quiso recibir ayuda y eso la llevo a realizar a que atroz acto. Ya creo saber por qué la recaída de HeeSeung fue tan repentina y donde se encuentra el expediente faltante, tiene que ver con mi hijo y Scarlett Fischer.

Jeje hola hola... ¿Ya tomaron agüita?
—Leah

DELIRIUMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora