Celebrando el Triunfo 2

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Esta vez es mi turno

[PARTE 2/2]

Al llegar a casa ni bien Mew estacionó el auto Gulf bajó de él a toda prisa para entrar a la casa

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Al llegar a casa ni bien Mew estacionó el auto Gulf bajó de él a toda prisa para entrar a la casa.

Algo confundido el castaño repitió la acción. Pensaba que su novio lo dejaría cargarlo, pero al parecer su deseo no fue cumplido.

Cerró la puerta con llave tras de él y miró a sus alrededores.

No había señal de Gulf.

Suspiró mientras estiraba sus músculos. Quizás su Nong cambió de opinión con lo de la segunda sorpresa.

Bebió un vaso de agua y subió hasta el segundo piso.

La puerta de su cuarto estaba abierta, sin embargo, las luces estaban apagadas.

Entró y tuvo que tragar grueso. Parpadeó unas cuantas veces al ver el cuerpo del pelinegro sobre el colchón.

Gulf se dejó la camisa que le había robado a Mew con solo dos botones prendidos y un par de bóxers negros, que sabía muy bien, fascinaban a su novio.

—Maldición, te ves tan bien así —habló bajo, admirando las piernas desnudas.

—¿Crees que es buen momento para la segunda celebración, Boo? —sonrió, abriendo sus piernas en una invitación—. Tu regalo está esperando ser desenvuelto.

El castaño condujo una de sus manos hasta el bulto prominente de sus pantalones.

Ya moría por volver a hacer un delicioso desastre del chico que yacía mirándolo con una sonrisa llena de promesas en el rostro.

Gulf se levantó de la cama para acercarse.

—Quiero una celebración a lo grande —se paró delante del castaño y reemplazó esa mano por la suya—. Pero no te la dejaré fácil, mi querido P'Mew.

Esta vez fue el castaño el que sonrió mientras tomaba la pierna derecha del pelinegro para traerlo más cerca.

—¿Enserio quieres volver a jugar? —restregó su erección contra la mano que lo tenía sujeto—. Sabes que siempre termino ganando, muñeco.

De igual forma, con todas su actitudes sucias y desvergonzadas, Mew no lo hizo ceder.

El menor apretó la entrepierna del castaño.

—Recuerda que esto es celebración por ser La Mejor Pareja —musitó sobre su mandíbula—. Merezco mis créditos, y quiero cobrarlos esta noche.

El mayor jadeó ante la forma en que su pequeño lo estaba provocando.

La lengua de Gulf le recorrió la mandíbula y la mano que estaba sobre su polla frotó de arriba abajo un par de veces.

Cuando Mew gimió, el pelinegro sonrió apartándose.

Solos tú y yo [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora