Es hora

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Primero que nada.

Mi vida fue hermosa durante esa hora que duró el live de Candy. Sentí un pedacito volver a mi corazón. Llora*

Disfrutemos de este último One Shot en esta historia antes de darla por finalizada. Más que querer hacerlo es porque... bueno, no tengo material nuevo para trabajar aquí  ༎ຶ‿༎ຶ

Así que nos leemos en cualquier otra historia que ande escribiendo.

Así que nos leemos en cualquier otra historia que ande escribiendo

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—Mierda, no sabes cuanto te extrañé —fue lo primero que dijo Gulf cuando estuvieron solos

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—Mierda, no sabes cuanto te extrañé —fue lo primero que dijo Gulf cuando estuvieron solos.

—Ni que lo digas, precioso —aceptó Mew, buscando al menor con sus manos—. Ven aquí.

Las grandes y fuertes palmas de Mew tomaron con rudeza una pequeña y fina cintura que en estos meses se había estado tonificando, puesto que su Nong había decidido darse más tiempo para ejercitarse de vez en cuando.

No pasaron ni tres segundos que el castaño ya tenía su lengua metida en la boca del pelinegro, el cual enrolló los brazos por sobre su cuello para sujetar su nuca. Metiendo sus dedos en el sedoso cabello ajeno.

—Te extrañé —prácticamente Gulf lo dijo en un susurro mientras su Phi ahora lo abrazaba, enterrando su cabeza en el cuello del menor para inhalar su aroma—. No tienes idea de cuanto lo hice.

Mew no respondió, en cambio, ajustó más el abrazo al delgado cuerpo ligeramente más alto. Enterrando con desespero su cabeza en la piel.

Necesitaba esto. Su cuerpo pedía a gritos a la persona entre sus brazos desde hace dos meses y medio.

Abrumado por volver a estar así. Por tener al fin lo que tanto había estado queriendo. No pudo evitar soltar unas lágrimas en la hermosa piel canela que adornaba el cuello que una vez lució sus marcas.

Los dedos de Mew se apretaban más al sentir que Gulf también comenzó a sollozar contra su hombro. Todo esto era demasiado abrumador para ambos, la felicidad del reencuentro lo era.

—Bebé... —masculló el mayor—. Te amo. Te amo con mi vida.

Las palabras hicieron al pelinegro derrumbarse en el acto. Llorando como tanto había resistido en las noches al no tener a su Phi abrazándolo y dándole un beso de buenas noches antes de dormir.

Solos tú y yo [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora