No se si estaba sobre pensando mucho, o si mi alma estaba siendo buscada por algún motivo u otro. Sin embargo, ese sentimiento de impotencia por haber cometido un simple error me estaba consumiendo. Naturalmente se preguntarían: ¿Qué pasó? La verdad es que no pasó nada de otra dimensión, y lo único que ha pasado es que; el domingo 14 rompí un vaso de vidrio, de por si ya es conocimiento el que romper un vaso trae mala suerte. Para colmo, el lunes 15 me pinche la mano con una de las cuchillitas que tienen las licuadoras, pues, para licuar, y siendo exagerada, me salio mucha sangre. Lo que más me entristece es que eso no paro ahí, porque luego, el martes 16, estaba abriendo un sobrecito de café, por pura manía con un cuchillo, y por supuesto, es justo lo que estas pensando, pasó rebanando mi dedo índice, y ahora parece que estoy señalado a cada ser humano que aparece en mi camino, hasta el fantasma que está escondido atrás de la puerta de mi comedor.
Realmente no se si el que me pasen cosas de este tipo sea mala suerte. O si simplemente estoy exagerando de nuevo, pero me concierna el hecho de que pase sucesivamente, y por ende que el miércoles 17, vuelva a pasarme algo peor, y que día a día está situación se vuelva más peligrosa. Pero dejando de lado que es más probable que mi dramatismo termine por matarme, nunca en mi vida me había lastimado tan seguido. Ahora, ciertamente me causa temor el saber que pasará, no por el hecho de que quiera que me pasen más cosas malas, pero por el hecho de que dicen que uno mismo atrae este tipo de problemas.
Agradeciendo que pude vivir un día más, el miércoles 17 pasó sin que yo sufriera algún tipo de situación que pusiera en riesgo mi vida. Aunque sobre pensé en lo que me podría pasar. Por ejemplo, cuando estaba ayudando a mi abuelita a cocinar, pensé que de repente se me resbalaba un fideo abajo de la olla y por mera necedad, yo metía la mano abajo, sabiendo muy bien que había fuego, y tomaba con mis dedos el bendito fideo para regresarlo a su lugar, y que terminara con una cicatriz rojiza en el dorso de mi mano. Pero no pasó.
Pensé que el mundo me estaba diciendo algo así como "No seas tan tonta como para pensar que de un día para otro la mala suerte te persigue" Claro que no me perseguía. Solamente estaba asustada de el qué podría pasar. Sin embargo, no podía confiarme mucho, ya que aún eran las 10:10 del mismo día, por lo tanto había una mínima probabilidad de que me pudiera pasar alguna tragedia. No sé. Como que en mi cuarto sueño me atragantara con un hilo de saliva y al día siguiente mis padres me encontraran babeando, sí, babeando pero muerta. O que a mi perro se le ocurriera chuparme el pie a las 3:00 de la mañana, justo cuando yo tenía mi piecito de fuera, justo, justísimo, solo para que este viniera y pasara toda su lengua por el, y que de casualidad en ese momento estuviera soñando con el fantasma de mi comedor y que me muera de un infarto. Como dicen por ahí, todo es posible.
Pero dado el caso que soy conocida como la que lleva una bandera que dice "Exagerada" y la que tiene tatuado en el brazo izquierdo un "Voy a morir" es mas probable que no pase nada de lo que dicté antes. Si me contrataran como periodista, más de una lágrima de lástima tuvieron que haber derramado mis lectores. Luego de pensarlo un tiempo, recordé que esta tarde había estado practicando una de mis rutinas favoritas de baile, dejando de lado que parecía uno de esos muñecos de aire que estaban en las banquetas enfrente de las ferreterías, y de pura y mera casualidad, mi pie se dobló por un lado y caí de rodillas al piso, así como dice aquella canción religiosa, "de rodillas" según yo, me había reventado el cartílago y me tenían que amputar la pierna, pero gracias a Dios, solo me salió un moretón del tamaño de la mancha de Jupiter en mi rodilla derecha.
Para el jueves 18, estaba bastante expectante en el que no me pasara nada. Ya que habían pasado, aproximadamente 18 horas de mi última racha de mala suerte, y según mi única neurona, ya había acabado esta terrible situación de mi vida. Pero soy muy fiel a mi título, y por supuesto que también, en lo más profundo del tesoro escondido en mi alma entristecida, estaba esperando por que el día 18 fuera por fin el día de mi muerte. En fin, por obvias razones no pasó. Lo que sí pasó fue que, como ese día tenía una reunión en la casa de mi tía, y ésta, no se si fue por molestar, me mandó a cuidar a mis sobrinos, por puro y mero capricho, entonces como buena persona que soy, los saque a dar una vuelta al parquecito ese, típico de lugares así, y por mi más sagrada desgracia, y por ser miope, me paré encima de una casa de hormigas, más conocida como hormiguero, sí, me picaron todo el pie izquierdo.
Entonces, no sólo se me había quebrado un vaso, sino que también me pinche con las cuchillas de la licuadora, sin olvidar que luego me corte con un cuchillo el dedo índice, pero después me hice un moretón en mi rodilla derecha, y para agregar sal y pimienta al gusto, me paré en un hormiguero y me picaron el pie izquierdo ¿Solamente o desea agregar algún pastelito a su pedido? Como dirían las cajeras del McDonald's ¡No! No quería agregar nada más a mi terrible, horrible, desgraciado, espantoso, horrendo, feo y maldito Mal Augurio.
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Dolores
PoetryY cuando el mundo entero pesaba ¿a donde exactamente se dirigía uno? ¿Cómo exactamente se expresaba lo que estaba sintiendo? Las palabras no eran suficientes para describir el dolor que se siente en el alma, pero dicen que una persona escribe mucho...