𝖯𝗋𝗈𝗅𝗈𝗀𝗈

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— ¿Todavía no has dejado esa porquería? —Hizo la pregunta un rubio bastante molesto.

— No empieces, Naruto —Advirtió su acompañante, un chico alto, de un metro ochenta y dos, cuerpo atlético, piel clara, ojos tan oscuros como una noche sin estrellas, cabello de color azabache y de nombre Uchiha Sasuke.

Un varón que haría suspirar a cualquier chica que lo viera, sin embargo su  personalidad y temperamento frío, distante y poco expresivo hacia que no sea el chico más deseado de su escuela. A diferencia del chico que se encontraba a su lado:

Namikaze Naruto, un varón de ojos hermosos color azul con un rasgo muy característico debajo de estos ya que se hallaban tres marquitas horizontales en ambas mejillas, cuerpo torneado, piel trigueña, cabellos desordenados y de un color rubio casi dorado, y de un metro setenta y siete. Un chico amable, bondadoso y hiperactivo, totalmente opuesto al serio y poco expresivo compañero que se encontraba a su lado.

— Pero, vamos a ver, Sasuke —Trató de no exaltarse— Me fui de vacaciones con mi familia, por casi dos meses, y cuando regresó te veo--

— No lo voy a dejar, Naruto, ya te lo dije —Lo cortó de manera tajante.

— ¡No me jodas, Sasuke! —Protesto rápidamente— ¡No puedes seguir así, tienes dieciséis años y--

— ¡Que pesado eres! —Lo interrumpió nuevamente— ¿Cuando vas a entender que tengo el derecho de hacer lo que quiera con mi vida? —Frunció el ceño y lo miro fijamente, esperando una respuesta.

— Tks, todo es culpa de esa gente, desde que te juntas con ellos ya no eres el mismo —Susurro cruzandose de brazos.

— Pareces un viejo diciendo eso —Comento sin expresión alguna en su rostro.

— ¡Y si es la verdad! —Vocifero y suspiro— Yo no se lo he dicho a tus padres, ni siquiera a Itachi, para que no tengas problemas con ellos, pero si no lo dejas, se los diré —Amenazó con la intención de lograr lo que quería.

— Tks, que molesto eres co--

— ¿Que quieres a cambio de dejarlo? —Lo miro con el ceño fruncido, dando a entender que estaba hablando totalmente en serio— Pídeme lo que sea —Volvió a repetir con seguridad.

El azabache se quedó en silencio, pensando en que podía pedirle. Quería pedirle algo que se le hiciera difícil de conseguir y que sea algo costoso no tendría sentido ya que tanto él como el rubio, pertenecían a familias adineradas y gracias a esto tenían todo lo que necesitaban para vivir y cumplir todos sus caprichos.

Pero una idea cruzó por su mente:— Tu culo —Dijo en respuesta y la expresión de incredulidad no se hizo esperar en el rostro de Naruto.

— ¡¿Q-que?! —Fue lo único que pudo decir en ese momento y se detuvo mientras el contrario siguió avanzando.

— Lo que escuchaste, Dobe, si me das tu culo, dejo esto, sino no —Al momento de pasar por al lado de un cesto de basura, le dio una última fumada a su cigarrillo y tiro este.

— ¡¡C-claro que no!! —Reaccionó finalmente y lo alcanzó— ¡Eso no es justo, elige otra cosa!

— Tú mismo dijiste que podía pedirte lo que sea, además tú fuiste el que propuso la idea —Recalcó y colocó las manos dentro de sus bolsillos— Así que no quiero escuchar una sola queja más hasta que cumplas —Sonrió triunfante al término.

Realmente no quería tener sexo con él, solamente se lo pidió con el objetivo de no tener que soportar más sus constantes y repetitivas protestas respecto a su adicción, además que sabía claramente que el Namikaze no estaría dispuesto a hacer eso, así que había pensado bastante bien su respuesta.

Mientras Naruto permaneció indignado. Jamás se imagino que le pediria tal cosa que muy difícilmente se la daría ya que, indirectamente, le estaba pidiendo su primera vez, su virginidad, y eso era algo que quería dárselo a la persona que amara, con la cual se había imaginado un futuro a su lado y quería pasar hasta el último día de su vida a su lado; y Sasuke no era esa persona, solo era su mejor amigo, quizás hasta llegue a ser como un hermano, pero no estaba enamorado de él, no lo amaba de esa manera.

Aún así, no podía dejar y permitir que siga con su constante consumo al cigarrillo, sentía la necesidad de quitarle esa adicción, además que le había prometido a su amiga Sakura, una chica con ojos verdes color jade, pelo corto y de un extraño color rosa, piel de color blanco níveo, y de un metro sesenta, que haría todo lo posible para quitarle esa adicción, fue una promesa, y él siempre cumplía sus promesas.

Apenas llegó a despedirse de Sasuke, dio media vuelta y avanzó a paso rápido para marcharse lo más pronto posible; todo eso lo había puesto de mal humor.

El azabache llevaba un año fumando, empezó a hacerlo cuando conoció a Suigetsu, Juugo y Karin, los cuales habían sido transferidos a la escuela a la que iban ellos dos. Estos solían durante los recreos ir a lugares no muy concurridos de la escuela para fumar y con el tiempo lograron hacer que el Uchiha también se le pegara esta adicción juntándose más con él.

Al principio era apenas un cigarrillo al día lo que consumía, pero la última vez que lo vio antes de irse por casi dos meses, consumía hasta cinco y temia que durante el tiempo que no estuvo con él, consumiera incluso más, era algo que aún no sabía exactamente.

Más de una vez había intentado evitar que se juntara con ese trío o que dejara de fumar, incluso a la fuerza, pero ninguno de sus intentos había tenido resultado.

Lo peor para él y lo que más le molestaba y le generaba rabia era la actitud de Sasuke, no podía soportar que le diera exactamente igual fumar en su cara o que no le importara la preocupación que tenía él por su adicción.

Además que simplemente no podía ignorarlo, era su amigo, mejor dicho su mejor amigo, la persona con la cual vivió toda su infancia y ahora adolescencia, bajo ningún concepto dejaría que lo consumiera esa adicción por haberse juntado con gente que no debía.

Le dolía saber que estaba perdiendo su amistad, se estaban distanciando cada vez más, y sentía que estaba en la necesidad de hacer algo al respecto para impedirlo, pero...¿llegaría tan lejos al punto de ser capaz de darle su virginidad para cumplir su promesa?

𝖬𝗂 𝖭𝗎𝖾𝗏𝖺 𝖠𝖽𝗂𝖼𝖼𝗂𝗈́𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora