𝔻𝕚𝕒 𝟙: ℍ𝕚𝕤𝕥𝕠𝕣𝕚𝕒 𝕕𝕖 𝕋𝕖𝕣𝕣𝕠𝕣

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𝕻 𝖎 𝖏 𝖆 𝖒 𝖆 𝖉 𝖆

La sala de juntas se encontraba a oscuras excepto por la pequeña luz que emitía la linterna que ahora iluminaba la cara de Parker.

—La casa estaba en silencio...— Siguió relatando la historia que había comenzado hace ya unos siete minutos. —Amanda y Jason caminaban juntos esperando encontrar a Drake pero no había señales de él por ningún lado.
El director del FBI y sus otros dos compañeros lo escuchaban atentos. Hace poco Horacio había decidido hacer pequeñas pijamadas en la sede del Buró Federal de Investigaciones, para así poder conocer, aunque sea, un poco más a los que serían sus nuevos pollitos. Los alumnos no tardaron en aceptar en escuchar aquella propuesta. No llevaban mucho con el moreno y el ruso y ya les tenían cariño.

—Y ¡ZAS! — Exclamó —¡Drake tomó a Amanda de la mano y un rápido movimiento le corto el cuello, matándola sin piedad!. "Esto es por lo que le habeis hecho a Francisca! ¡¿O te crees que no me había enterado?!" — Parker cambio su voz para poder darle un poco más de realismo a la historia, interpretando a los personajes.

—Joder, tío, pero que historia más cutre, Parker. ¿Venganza, en serio? ¿Es lo más original que se te ha ocurrido? — Blake cortó su historia, ya llevaba aburriéndose hace unos cuantos minutos por lo poco novedoso de la historia de su amigo.

—Bueno, si tan experto eres, cuenta una tu.— Parker le extendió la linterna, un poco molesto por haber sido interrumpido en la que, él creía, era la mejor parte de su historia.

—Ya dejen de pelear, es la primera juntada y ya la estáis arruinando. — Esta vez fue Alanna quien tomó la palabra. Ella solo quería pasar una divertida noche junto a sus compañeros y jefe y una pelea definitivamente no estaba en su definición de algo "divertido".

—Empezó él. — Parker acusó sin piedad a Blake, mientras le apuntaba con su dedo índice.

—¡¿Pero qué dices?! ¡Si has sido tu con tu historia poco original y aburrida! No es mi culpa que no sepas contar una historia — Blake se defendió, cruzándose de brazos, haciendo que se arruge aquella remera de mangas largas y color gris oscuro, en el pliegue del codo.

—No me importa quien coño empezó, ya paren. — La rubia parecía realmente molesta, y es que lo estaba. —Además, ya estáis grandecitos como para ir acusándose de quién empezó.

—Perdón. — Dijeron ambos muchachos al unísono.

—Ya, tranquilos. Venga, contaré una yo. — Horacio cogió la linterna que había quedado en el suelo y la coloco debajo de su mentón, para que su luz iluminara su cara de manera que lo hacía ver escalofriante. —Esta historia no es inventada. Es una anécdota de cuando apenas comencé siendo el Director del FBI.

El moreno tenía cientos de anécdotas de cuándo comenzó a trabajar en aquella sede. Infiltraciones en diferentes mafias, casos patéticos de venta de drogas y los dramas amorosos de los pocos compañeros que tenía en aquel lugar eran algunas de ellas. Pero la que estaba a punto de contar era, sin dudas, su favorita.
Le encantaba ver las reacciones de la gente cuando contaba su propia experiencia paranormal, y le gustaba aún más cuando se lo contaba a sus pares, quienes trabajaban en aquel mismo lugar donde sucedió todo.

—Ser director fue algo a lo que fue difícil acostumbrarme, de un día para el otro tenía miles de responsabilidades encima, junto montones de informes de casos por revisar. Tuve que quedarme varias noches a dormir aquí en la sede. — Horacio paró al ver a Volkov parado en la puerta y con dos bolsas en las manos. Horacio sonrió. —Pensé que no vendrías.

Volkacio Spooky Month [One-Shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora