El Reino del Rey Elfo.

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Tras varios días de viaje, Tweek había llegado a su destino, oh bueno ya estaba a una media hora a pie, pero debía dar una pequeña parada en un pueblo pequeño cerca de este ya que comenzaba a tener hambre. La mayor parte del viaje estuvo alejado de los pueblerinos y evitaba cada mercader que se encontraba.

Sabía que rondaban muchos estafadores y era lo que más odiaba Tweek.

Aun recordaba como una vez años atrás había comprado un "calmante de celo" y resultó que tenía efectos secundarios. Que en realidad no le ayudo en absoluto con el celo, solo le provocó dolores, eran una porquería.

"El hecho de que algo sea caro no significa que funcionará", fue lo que memorizo en su cabeza como lección.

Y si, puede que sea bastante rudo y algo testarudo, pero incluso Tweek tiene su celo. Cosa que la detestaba más que nada.

Siempre debía aislarse por completo de la sociedad, y ya que su casa era alejada de la gente, no tuvo problemas. Pero en este caso ni siquiera recordaba bien la fecha de cuando fue su celo, sin embargo sabía que no estaba cerca. Así que sea como sea debía encontrar un lugar seguro para cuando esté llegará.

Una vez en el pueblillo pudo apreciar que estaba bastante transcurrido para ser pequeño. Y con más razón, habían varios puestos y parecía que las ventas ese día eran muy elevadas.

El rubio se acerco con cuidado cubriéndose en todo momento con la piel encima que le cubría del frío, pero aún con esta se podía notar que no tenía camisa encima.

¿Porque Tweek iba solamente en pantalones siempre a pesar de su situación?

Porque no temia a nada ni nadie. Siempre había manejado a los idiotas que trataban de acercarse o pasarse de listos con él y tampoco habrá diferencia ahora.

Miraba a los lados notando muchos puestos, tanto como piedras, pócimas, servicios y comida.

Se acerco dispuesto a comer algo sin embargo entre tanta gente a penas podía ver.

-Quiero un pan, por favor.- Miro a la mujer tomar uno de esos calentitos y suaves panes para colocarlo con un papel como si envolviera para entregárselo a Tweek.

-"Aquí tienes jovencito".- y una vez entregado recibió una moneda de plata verificando y guardandola.

El rubio agradeció y se retiro del puesto llevando su pan a la boca comiendo bastante encantando con el sabor de este.

Observo un puesto que llamó su atención acercándose a ver los materiales que vendía, ya que se trataba de armas le parecía agradable conseguir una nueva, después de todo por ahora le sobraba el dinero por tantas recompensas hechas. Además de que cazar tu propia comida siempre te quitaba peso de encima.

Observo a lo lejos un arco que personalmente le pareció encantador. Pero lucía mucho más costoso de lo que debía ser a su parecer.

Mientras caminaba mirando de reojo el arco chocó con la espalda de alguien quejándose y dejando caer su pan ante el dolor (y sobre todo con la fuerza que lo hizo).

-Auch...auch...mierda...eso dolio- Se tomo la nariz un segundo.

-¿Estás bien?- Aquella voz ronca y varonil resonó en la mente de Tweek sorprendiendose al sentirse encantado con un tono de voz.

-Ah...si?...- Dudo un segundo confundido por sus pensamientos, pero se enfoco en la persona cuando apreció una mano frente a él.

-"si?" Dudas de lo que dices?...- Parpadeo un par de veces antes de tomarla para levantarse.

-N-no...digo...no me esperaba eh...un golpe así...- Aclaro mirando el pan en el suelo haciendo una pequeña mueca de tristeza ante el desperdicio.

El Líder Omega《TweekXCraig》OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora