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El silencio, en conjunto con ese estado de consciencia sobre su vida, lo hace sentir un poco solitario. Quizás es porque la noche cayó, y la noción hace mucho que se perdió. YeonJun está sentado allí, frente al escritorio, donde un cúmulo de libretas y libros están abiertos, una caligrafía limpia mostrándose en cada línea vertical, un desorden de bolígrafos alrededor. Probablemente no es una muy buena idea ocuparse de todos sus pendientes ahora, a mitad de la noche, aunque ni siquiera tenga sueño, pero sabe que aún así, hay unas ojeras que siguen creciendo. A pesar de que la lluvia de la tarde fue frívola, sabe que no será por ello la causa de una futura enfermedad, meterse en más estrés para librarse después puede no ser la mejor estrategia.

Con un amplio suspiro, cansino y adolorido, YeonJun retrocede de la lectura, dejando caer el bolígrafo de su mano. Sentir el respaldo del asiento sobre su espalda es un poco aliviador, cierra sus ojos en sintonía con la relajación, guiando sus manos por su rostro hasta el nacimiento de su cabello. Unos toques casi silenciosos, discretos, se escuchan sobre la puerta. De inmediato, YeonJun recuerda la conversación con BeomGyu, por la tarde, abordando el autobús. Puede dar por seguro que, ni de broma, el señor Choi estaría despierto a mitad de la noche.

—Pasa —habla YeonJun, volteando a la puerta, a los segundos haciendo un 'clic' al girar la manija.

Se abre lentamente, y YeonJun puede ver el pálido rostro asomándose, falto de sus gafas, un suave toque de ensoñación en sus facciones. Es la imagen suficiente para hacerlo formar una sonrisa, y sentir brotar algo cálido en su pecho.

—¿No bromeabas? —BeomGyu se adentra, cerrando detrás de sí. Hay una expresión confusa en él, mientras observa el desastre sobre el escritorio, y seguramente sintiendo la esencia de estrés en la habitación.

—Así tengo más tiempo el fin de semana —admite YeonJun, no borrando su sonrisa, que ahora se vuelve una suave risa mientras sigue a BeomGyu aproximarse a la cama y tirarse sobre ella. La noche es el único momento en que YeonJun puede apreciar a BeomGyu sin tantas capas de ropa, la luminosidad de su piel un poco más expuesta, un detalle difícil de ignorar—. Veo que tú tampoco bromeabas.

—No tiene mucho sentido dormir temprano, ¿sabes? —pronuncia despreocupado, su cuerpo estirándose sobre la cama, hundiéndose entre las sábanas. YeonJun, por su estabilidad emocional, regresa la mirada al libro—, pero tampoco tiene sentido que hagas todos tus pendientes ahora.

—Es mejor si dejo todo listo, tengo más tiempo.

—Vas a desperdiciar toda la mañana y parte de la tarde durmiendo.

—Pero no tendré cosas que hacer.

—Pero el día será más corto. Y será lo mismo o peor que si hubieras dejado parte de los pendientes para ese día.

YeonJun no evita volver a soltar una risilla, permitiéndose voltear a ver a BeomGyu, una leve sonrisa en sus labios y ojos, pareciese que le pide rendirse ante él, inconscientemente. Se siente como una extraña obsesión, pero afirmar esa deducción le cuesta un poco, sobre todo porque siguen habiendo ciertos sentimientos de por medio, reacciones químicas que son ocasionales y que no afectan violentamente su entorno. Quizás, es más como una obsesión consciente, y a la vez... ¿cómo describir esa voz cuerda, queriendo arrastrarlo fuera de la tierra prohibida, pidiéndole no ceder?

—Bien —YeonJun se levanta de su asiento, estirándose lo suficiente para deshacer esa hórrida incomodidad en su cuerpo—, iré a dormir. Pero tú también ve a dormir.

—Ya lo hago.

En quietud, YeonJun observa a BeomGyu sin el deseo de levantarse e irse a su habitación, y en cambio, se queda allí, haciendo espacio mientras sus ojos ya se cierran y su cabeza está ocupando parte de la única almohada sobre la cama. Quizás es el momento exacto para perder la razón, o para aunar más autocontrol. Exactamente, YeonJun no sabe si hoy ha sido una prueba para ello, para sí mismo, o una casualidad que no es agradable, pero a la vez lo es... No. No es una prueba, pero puede ser una paradoja para sí.

obsesión conscienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora