🃏Capítulo 1🃏

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Toda la calle estaba desierta, no había ni un peatón siquiera en la calle. Inexplicablemente todo estaba en silencio. No había nada ni nadie. En esa oscura y fría ciudad todo estaba oscuro, no había ni una luz encendida. Excepto en una casa.

Una mujer rubia de unos penetrantes ojos verdes estaba dando a luz a su primer hijo. Sin saber que sería el único que tendría y las consecuencias que esto traería en un futuro.

Después de unos minutos de intenso dolor y varios gritos de parte de la mujer llegó al mundo un hermoso varón.

La joven mujer al ver a su pequeño sonrió, sin saber que ese niño sería la perdición de muchos, pero a la vez sería la salvación de otros. La noche en la que ese niño nació no sería fácil de olvidar.

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12 años después.

Un niño de cabello rubio corría con todas sus fuerzas, pues era perseguido por varias personas del mercado al enterarse que el menor les había estado robando.

A pesar de que sólo tenía 12 años el joven niño tenía la astucia de un zorro, la vista de un águila, la rapidez de un guepardo y la inteligencia de un búho.

Y no, no estoy exagerando. Cuando tan sólo era un bebé de ocho meses de nacido fue arrebatado de las manos de su madre por una mafia poco conocida en ese entonces.

Fue sometido a esperimentos. Querían saber si un humano podía tener la destreza de un animal. Al pensar que no funcionó dejaron al niño de ese entonces seis años moribundo en la calle, pero al parecer puede que hubieran sacado conclusiones precipitadas.

De no ser por una joven mujer de unos 35 años el niño hubiera muerto. La joven mujer lo llevó a su casa y lo cuidó como si fuera su propio hijo. Todo mejoró para el niño, pero no por mucho.

Cuando cumplió los ocho años todo cambió drásticamente. De la nada tenía cualidades que un humano común nunca podría tener.

Su madre adoptiva escondió las cualidades de su hijo para que nadie supiera de lo extraordinario que era el pequeño y quisiera hacer más experimentos con él.

Dos años después la pobre mujer enfermó. Los doctores le encontraron un tumor cancerígeno. Lamentablemente murió a los pocos meses. El pequeño rubio quedó devastado. Su querida y amorosa madre había muerto.

El padre de la mujer se quedó a cargo del pequeño. El señor lo veía como un estorbo, así que lo comenzó a tratar como un sirviente. Haciéndolo dormir en el suelo y alimentándolo una vez al día.

El rubio para no pasar hambre comenzó a robar en la calle, puestos e incluso en algunas tiendas del centro comercial.

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El pequeño dejó de correr cuando los señores del puesto se quedaron atrás de a poco hasta finalmente perderlo de vista.

Sonrió y llevó una paleta a su boca. Siempre llevaba una encima. Al inicio sólo las tenía porque casi no comía y no quería desmayarse en medio de la calle. Ya después se fueron volviendo su pequeño vicio.

— Mamá, seguro no estás feliz de que haga esto, pero es para poder sobrevivir. — Susurró a la nada. — Tu padre es un hijo de puta.

Caminó de lo más tranquilo a su casa. Al llegar introdujo la llave en la puerta y entró.

— Jimin, por fin llegas. — Habló Park Heechul, el que se suponía era su abuelo con una sonrisa cínica.

A su lado había un hombre de aproximadamente treinta años. Vestía un traje formal y bastante caro.

El menor frunció el ceño, algo no estaba bien. Mucho menos si Heechul estaba tan feliz.

— ¿Quién es él? — Preguntó serio el menor.

— No seas irrespetuoso, niño. — Sisea entre dientes. — Dale un poco de café al señor aquí presente. — Sonrió dejando ver sus amarillentos dientes.

— No gracias, sólo vengo por lo que me pertenece de ahora en adelante. — Habló por primera vez el desconocido.

— Ah sí sí.

El señor mayor se levantó de su asiento y se paró delante de Jimin.

— Recoge tus cosas. — Ordena. — A partir de hoy vivirás con ese señor y harás lo que él te ordene.

— ¿¡Qué!? — Gritó asombrado el más joven. — Sabía que eras un maldito, pero no tanto como para vender al hijo de tu hija.

Un fuerte estruendo se escuchó en la pequeña sala. Jimin apretó sus puños tratando de contener la rabia.

— ¡No vuelvas a decir eso! — Gritó colérico. — ¡Tú no eres nada di mi hija! ¡Ni lo serás nunca!

El señor de traje bufó al ver la escena delante de él y se levantó de su lugar sacudiendo su traje en el proceso para quitarle las arrugas.

— Señor Heechul, le recuerdo que ese niño ya no es de su propiedad. — Se interpuso entre el anciano y el joven. — Ahora es de mi propiedad.

— Lo sé, señor. — Finje estar arrepentido. — Lo lamento, no volverá a pasar.

— Claro que no. — Ríe cínicamente provocándole escalofríos a los otros dos presentes. — Porque si lo haces tendrás que pagar una multa de tres millones de wons. — El anciano traga grueso al escuchar la cifra.

El señor de traje sonríe burlonamente al ver la cara asustada del viejo demacrado delante de él. Se gira hacia el menor y lo mira de arriba abajo de forma analítica.

— Nos vamos. — Dice firme. — No hace falta que recojas tus cosas. En mi casa no se permiten trapos sucios y rotos.

El rubio asiente sin atreverse a mirarle a al cara. ¿Qué fue lo que hizo tan malo en su vida pasada para merecer lo que estaba sufriendo?

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Holaa.


¿Que les pareció el capítulo?

Este primer capítulo es por el cumple de mi bebé Minie🥺, espero les haya gustado.

Quiero aclarar que Jimin no es un híbrido ni nada.

Sin más que decir me despido.

Adiós❤️💙.




























🧁Seong🍭

ੈ ‧₊˚Fire In The City'ރ፧(YoonMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora