—creo que deberíamos terminar.
el tiempo no es una variable continua que fluye, sino que se convierte en otra cosa. fueron las mismas partículas de tiempo lo que llevaron al chino a ser una persona completamente distinta que en un principio. aquellos números infinitos, junto al afligido reflejo de la luna, eran los únicos testigos del día a día del muchacho:
habiendo esperado tanto tiempo por esa pregunta, para que no significase nada en cuestión de meses;habiendo aprendido tantas fechas, para que no le recordasen ni felicitasen por las mismas;habiendo llorado tantas horas, ahogándose en su aciago, para que sus novios ni siquiera se inmuten de los funestos sollozos traspasando las delgadas paredes del cuarto.
habiendo perdido la cuenta de los días que han pasado desde aquél lánguido día, donde todo empezó a ir cuesta abajo. ¿de quién era la culpa?¿suya, por inteponerse en el camino de ellos?
¿suya, por presentarlos?
¿suya, por aceptar que jaemin tenía atracción a un chico del que anteriormente se puso celoso?
¿suya, por querer que todo vuelva a lo de antes?¿suya, por no ser suficiente?
oh, cuánto añoraba poder estar
en el lugar de jeno, cual en un
tiempo era único dueño.¿por qué no él?
¿por qué no huang, que dió tanto por na?
¿por qué no el chino, que conoció al menor mucho antes?
¿por qué no el extranjero, que se confesó mucho antes?
¿por qué no renjun, el novio de jaemin?
¿por qué no él?quizás ese era el plan desde el principio;después de todo, jeno nunca le habría hablado a jaemin, de no ser por jun. a veces se lamentaba preguntar a su novio si le gustaría conocer al guapo modelo.
porque dijo que sí, con ese timbre amoroso.
le besó después de ello, con mucho cariño.
seguro pretendía que renjun era jaeno.
él lo sabía, más prefería ignorar su realidad.
pero no funcionó. nunca funcionó.porque no podía funcionar, no cuando las únicas palabras que se dirigían era un hola, entre varios días, porque ni siquiera era diario. donde si el mayor quería hablar de sus sentimientos, los otros le cortaban, porque estaban ocupados con sus cosas. donde ni siquiera los 'te amo' fueron dirigidos más allá de ellos dos. donde sentir las miradas de pena de tus amigos era una señal grande. donde cada lágrima cayendo sobre la funda de su almohada era una razón.
—
donde él amaba.
y fue amado, en
algún momento.
oh, cómo saber la
verdad, si nunca
podrían arreglar
sin mentiras.