1243 días

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1243 días
By KaariPolet
Historia de mi autoría
Espero les guste ☺️

Decidí venir a Argentina con unas amigas por vacaciones, pero el motivo de mi viaje a Buenos Aires era otro. Necesitaba saber si esto que sentía era un simple capricho o era amor. El día que él me dejó, me prometí venir y solucionar todo, llámenme masoquista y sí lo soy, pero de aquí no me voy sin cumplir con mi misión.

Días antes de mi llegada a la ciudad me contacté con él. Nuestra comunicación era intermitente, un día aparecía, me ilusionaba con sus palabras, con sus gestos, con su dulce voz, pero pasaban dos o tres semanas, y su frialdad se hacía presente. Luego de eso, no más comunicación.

Cuando supo que estaba en la ciudad lo sentí emocionado, una vez más mi corazón sintió una esperanza, esa luz que nunca se apaga, aunque sea una pequeña llamarada, por eso tan efímero, mis ilusiones terminaban creciendo como espuma.

El día de nuestro encuentro mis amigas decidieron ir por unas copas, yo me escusé, les comenté que no me sentía bien y que mañana viajábamos temprano de vuelta a Chile. La verdad no fue fácil convencerlas, ellas conocían el tema con Joaquín, pero me matan si se enteran de que no quise ir con ellas por juntarme con él.

No fue difícil encontrar el lugar. Nos hospedábamos cerca de la Plaza de Mayo, así que tomé mis llaves de la habitación y caminé hacia mi destino.

Sentada en una de las bancas lo esperé, las manos me sudaban, un ligero temblor embargaba todo mi ser. Yo no estaba preparada para saber la verdad, no me sentía lista. Mi corazón, en cualquier momento, iba a explotar.

La noche estaba estrellada, serena y hermosa. Las luces de aquella plaza le daban vida al lugar. A esta hora, algunas personas, se encontraban en un agradable paseo nocturno.

Miré mi reloj en varias ocasiones, sólo faltaban veinte minutos para nuestro encuentro, pero se sentían los veinte minutos más largos de la vida. Dios sabe cuán difícil se sentía todo esto, no es menor, 1.243 días tuve que esperar para conocer al hombre que más había amado y por el que más había llorado.

Nuevamente observé mi reloj, la espera terminó. 1.243 días de agonía, de incertidumbre, de noches desvelada, pensando en todas las cosas que él provocaba en mí, por aquella emoción que me embargaba, cada vez que leía sus mensajes, la sensación de plenitud que sentía cuando hablábamos. Parecía quinceañera, el me hacía sentir como una niña con las hormonas alborotadas y mariposas danzarinas.

Su voz al oírlo cantar llenaba de alegría mis días, aquella sonrisa que se formaba en mis labios, cuando lo oía hablar, sobre todo cuando me recordaba cuán importante había sido para él. Cada detalle llenaba de amor mi alma, mi corazón y alimentaba mis esperanzas.

La llegada de Joaquín a mi vida provocó cosas buenas en mí, el tiempo que pasaba a su lado, frente a una pantalla, ayudaba a olvidarme de algunas responsabilidades y preocupaciones, pero también se convirtió en una necesidad. Él era mi mundo, era mi motivo para vivir la vida, para disfrutar cada una de las pequeñas cosas que este mundo podría ofrecerme, siempre fue luz, pero también oscuridad. Él sacaba lo mejor de mí, pero también lo peor. Ese ser masoquista, que no importa cuantas veces le hagan daño, las puertas de mi corazón siempre estarán abiertas para él. Hoy es el día, y a pesar de todas mis inseguridades, es el momento para confirmar si estos sentimientos eran reales o sólo una fantasía que había creado en mi cabeza.

El corazón me palpitaba a mil por horas, nervios, ansiedad, angustia, un sinfín de sensaciones se apoderaron de todo mi ser. Me armé de valor y con paso firme caminé hacia nuestro encuentro. No tenía nada que perder, ni siquiera mi dignidad como persona, eso lo perdí el día que busqué su nombre entre mis contactos, y le rogué vernos. Él siempre me dejó claro que me quería como amiga, yo siempre le dejé claro cuanto lo amaba, nunca me importó lo físico, yo me enamoré de su corazón.

1243 DiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora