Estaba sentada encima de la encimera de la cocina mirando a Piter cocinar unos ricos espaguetis a la boloñesa. Al final se dio cuenta de que le observaba y me miró levantando una ceja y sonriente:
-¿Qué pasa? ¿Por qué me miras? ¿Tienes hambre?
-No me pasa nada. No sé. Y no, no tengo hambre, ¿por qué lo dices?
-Porque te estás mordiendo el labio de abajo y eso me provoca.
-¿A si? -Él asintió.- ¿Cuánto te provoca?
-Mucho.
-¿Mucho?
-Más que mucho, muchísimo.
-Oh, eso me gusta.
Él se río por mi comentario:
-Bueno, ya esta lista la cena. -Me dijo sirviendo una gran cantidad de espaguetis en dos platos.- Por favor, trae los cubiertos, los vasos y algo de beber.
-Okey.
Conteste. Cogi todo lo que me pidió, lo llevé a la mesa y lo coloqué. Uno al frente del otro.
Me senté y él igual.
Miré mi plato, y si, era una gran cantidad, no me equivocaba:
-Yo no voy a poder con todo. -Dije.
-Bueno, come lo que puedas.
-Okey.
Empezábamos a comer, yo miraba a mi plato. Hasta que me sentí incómoda.
Levanté la cabeza y Piter me miraba embobado. Yo dejé de comer:
-¿Por qué dejas de comer?
-No puedo.
-No me digas que ya te has llenado, si solo has comido tres cucharadas. ¿O no te gusta?
-Oh no. No es eso. Y me encanta, te ha salido super rico. La cosa es que no puedo comer si te me quedas embobado mirándome como como.... No puedo, me siento incómoda.
-Ja. Venga ya.
-Enserio. No puedo.
-Wow. Pues eres la única eh.
-No creo. Seguramente a ti te pone nervioso que te mire como comes.
-Pues no, no me da vergüenza. -Dijo metiéndose otra cucharada a la boca.
Yo me puse roja, a lo que él rió:
-¿Por qué siempre te pones roja?
-Yo qué sé. Es con el primer chico que me pasa esto. -Dije rápidamente.- El... Pri...Primero... -Dije pensándolo más.
No... ¿Eso significará qué? No, no creo... O tal vez sí. Pero no... ¿O sí?
Espera. El primer día que casi nos besamos. En el prostíbulo. En el Centro Comercial. En la cocina hace unos minutos. Ahora mismo... Esto significa que...
Estoy enamorada... de... de él. De este estúpido. Zarcort tenía razón. Estoy enamora de Piter.
-_____.
-Eh.
-¿En qué pensabas?
-En nada, en nada.
Miré a mi plato, enrollé unos cuantos espaguetis en mi tenedor y me los comí.
PoV Piter-G.
_____ se sentó al frente mío y empezó a comer al igual que yo.
Pero yo la miraba mientras ella comía.
No sé qué tiene esta chica que me tiene atrapado, hipnotizado, encantado...
Me encantaba.
Después de eso me miró y paró de comer:
-¿Por qué dejas de comer? -Le pregunto.
-No puedo.
-No me digas que ya te has llenado, si solo has comido tres cucharadas. ¿O no te gusta?
-Oh no. No es eso. Y me encanta, te ha salido super rico. La cosa es que no puedo comer si te me quedas embobado mirándome como como.... No puedo, me siento incómoda.
-Ja. Venga ya.
-Enserio. No puedo.
-Wow. Pues eres la única eh.
-No creo. Seguramente a ti te pone nervioso que te mire como comes.
-Pues no, no me da vergüenza. -Dije metiéndome otra cucharada a la boca.
Ella me puso roja, a lo que yo reí:
-¿Por qué siempre te pones roja?
-Yo qué sé. Es con el primer chico que me pasa esto. -Dijo rápidamente.- El... Pri...Primero... -Dijo pensándolo más.
¿Con qué el primero? Eh...
Espero ser el primero y el último.
PoV _____.
Seguimos comiendo en silencio:
-¿Con qué el primero? -Preguntó Piter rompiendo el silencio.
-¿Cómo? -Dije mirándole.
Él levantó la cabeza y yo reí:
-¿De qué te ríes?
-Te has manchado un poco.
-¿A sí? ¿Dónde?
-Aquí. -Le dije señalando donde se había manchado en mi boca.
-¿Aquí? -Dijo él limpiandose en el lugar erróneo.
-No, aquí. -Le dije señalando el mismo sitio.
-¿Aquí? -Me dijo de nuevo limpiandose de nuevo en otro lugar, pero aún erróneo.
-No. Ahí no.
Me puse de pié y me acerqué a él. Cogi la servilleta y se lo limpié con el pulgar cuidadosamente.
Nuestras miradas se volvieron a cruzar.
Note como su mirada se bajaba lentamente. Y caí en la cuenta:
-¡Eres un guarro baboso asqueroso de mierda! -Le dije furiosa apartandome de él.
Cogi mi plato y lo llevé a la cocina:
-Eh, ¿por qué te enfadas?
-¿¡Qué por qué me enfado!? -Dije muy obvia.- ¡No sé..! ¡Dímelo tú!
-O venga, si lo supiese no te lo preguntaría.
-¡Me estabas mirando el pecho! ¿¡Te parece normal!?
Estaba colocando la vajilla y cuando me giré tenía a Piter cara a cara.
Yo di un paso atrás, pero me choque con la encimera:
-Eres un asqueroso insoportable baboso, te tengo mucho asco.
Le dije enfretandome a él con rabia:
-Pero así me quieres mi amor.
-Agh...
Odio, pero odio, que tenga tanta razón.
Se acercó a mi y puso una mano suya en mi mejilla.
Me sentía rara en ese momento, un calor subió desde mía pies hasta mi cabeza.
Esa sensación que nunca había sentido me controlaba. No sabía ni lo que pensaba, todo se me nubló.
Y en ese momento le besé con lojuria, mucha lojuria. Tenía que sacar el odio que sentía dentro de mí, y al parecer mi forma de sacarla era besándole.
Él respondió mi beso de la misma forma que la mía.
Se pegó tanto a mi que me sentí obligada a sentarme encima de la encimera.
Piter a continuación cogio y colocó mis piernas en forma de que estuviesen en roscadas en su cintura.
Él me cogio de la cintura y me levantó. Después puso sus manos en mi trasero y yo respondí estirando mi espalda. Me encantaba.
Me llevó hasta el salón y me apoyo en una pared con la espalda. Nos dejamos de besar por el aire perdido.
Se acercó a mi oreja:
-______, me pones mucho. Pero que mucho.
Me apretó el trasero.
Yo encorve mi espalda, eché mi cabeza para atrás y solté un pequeño jadeo.
Piter aprovechó y empezó a besar mi cuello, a lo que mi respiración se aceleró.
Fue bajando hasta mi pecho besándolo.
Piter me apretaba contra la pared de tal forma que no me podía caer.
Subió sus manos a mi cintura y levantó mi camiseta hasta sacarmela.
Los dos nos mirábamos, yo estaba roja, y lo notaba.
Piter se sacó su camiseta, mire su hermoso y marcadíso torso bien esculpido. Cada cuadradito de su tableta se notaba a la perfección.
Me mordi el labio exageradamente:
-¿Te gusta? -Me preguntó sonriente.
Yo asenti:
-¿Y a qué mujer no le gustaría ver a un famoso rapero y o YouTuber sin camiseta? -Le dije con una media sonrisa.
