Año 2005
Habían pasado diez años desde que Andrea supo la verdad sobre lo que era, sobre su especie. Ahora ya conocía y entendía todo lo que sucedía a su alrededor. Conocía la existencia de las facciones: las brujas, los humanos liderados por el padre Kieran (amigo de su padre) y de los vampiros. Liderados por Marcel. Aun recordaba cuando era pequeña y Marcel estuvo con ella todo el día, jamás pensó que estaría junto a su mayor amenaza. Desde ese día no volvió a hablar con ella. Juraría haberlo visto alguna vez pero antes de poder pestañear había desaparecido.
Todo había cambiado, había madurado, había crecido, ja no era esa niña ingenua. Y eso trajo consigo muchas obligaciones, más responsabilidades. Pero tampoco era todo malo, pues había una constante y esa constante tenía nombre: Jackson. Su relación evolucionó de tal manera que llegaron a estar juntos sin que sus padres les dijeran nada. Es más, incluso cuando James y Mary les contaron sobre la ceremonia de unificación, simplemente se alegraron.
Jackson muchas veces, se colaba en su habitación a través de la ventana para estar unos momentos con ella. Se colaba bien entrada la noche y se iba antes de que el sol empezara a salir.
- Vete Jack, en menos de una hora debo estar entrenando con mi padre- dijo Andrea sonriendo.
- Está bien, está bien- dijo Jackson mientras se ponía las zapatillas y se acercó a la ventana seguido por Andrea.- Esta tarde pasaré a buscarte para ir a la fiesta.
- Te veré por la tarde- le dijo Andrea antes de besarlo.
Luego Jackson saltó por la ventana cayendo al suelo perfectamente de pie y se fue corriendo. En ese momento Andrea se dejó caer en la cama pero al ver la hora de su despertador se tuvo que levantar de golpe, ponerse la ropa de entrenamiento y bajar corriendo. Al bajar las escaleras vio a su padre terminando de desayunar.
- Buenos días papa- dijo Andrea mientras se servía el desayuno.
- Buenos días mi lobita- dijo James sonriendo.
- Porque me miras así? – le preguntó Andrea.
- Por nada, es solo que esperaba que Jackson bajase a desayunar y luego entrenase con nosotros.- le dijo James.
- Como lo as?... El oído y el olfato del lobo- dijo Andrea al momento.- Y si lo sabías porque no has dicho nada?
- Porque por ahora no has hecho nada- dijo James- Y ahora entrenar, que se está haciendo tarde.
A las cinco y media de la mañana James y Andrea se fueron a correr por el bosque. Unos diez kilómetros para entrar en calor. A su vuelta se pusieron unos guantes y hicieron un poco de sparring junto al lago, saber luchar era necesario para sobrevivir. La técnica de combate de Andrea era buena, era rápida y ágil pues era delgada, tenía una buena patada, pero le faltaba fuerza. Por último se encontraban tras su casa, en la zona de entrenamiento que James construyó años atrás. Su padre había montado un maniquí de entrenamiento, con una diana en el corazón. Primero él dio un fuerte golpe clavando una estaca en el corazón.
- La presión del puñetazo, expulsa las estacas. Ahora tú- dijo James.
- Parece fácil- Andrea golpeo pero las estacas no se clavaron, lo intentó una segunda vez, sin éxito- que extraño, seguro que este artilugio se ha atascado- dijo Andrea.
- Aunque hubieses llevado una simple estaca no hubiese funcionado. Te falta fuerza. Tienes que empezar a hacer pesas, fortalecer tu cuerpo.- dijo James
Su padre se alejó de ella hasta llegar a una bolsa que había en el suelo a pocos metros cogió un objeto de su interior y se lo enseñó a su hija.
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La Reina de los lobos
FanfictionY si sus padres no hubiesen muerto? Y si Hayley Marshall o mejor dicho Andrea Labonair hubiese crecido junto a sus padres y su manada. Conociendo sus tradiciones, su historia y mitología y sobretodo, su destino. Personajes provienen de la serie The...