My girl's rules

-Nunca más-

Gabriela despertó al atardecer, no sabía en que momento se había dormido, pero la tele ya estaba transmitiendo otra película de mierda.

Trató de estirarse, lastimándose en el proceso.
"Coño, que me había olvidado de esto "
Pasó sus manos por su cabello que estaba sobre su cara y con lentitud se sentó.

Tomó su móvil de la mesa para revisarlo, ya con más calma pudo notar la pantalla llena de líneas blancas cruzando de lado a lado.
"Perfecto, allá va otro móvil roto, y encima no podré confiscar otro hasta que me cure"

Bufo frustrada antes de empezar a revisar sus mensajes, Hortensia le informaba que tardaría un poco más de lo habitual ya que estaba ayudando a la comisaria rusa con unos interrogatorios.
El resto de mensajes se la sudaban, excepto el de Conway, no había mucho, un conciso léete los reportes para que estés al día, seguido de un archivo.
Respondió con un "Como usted ordene, Mami ;)"

Entre detenciones e interrogatorios había hecho una posible ruta por la cual se movía el "Brujo" y con que personas mantenía contacto, además habían estado atentos a cualquier reporte de cambios de género repentinos causados por el gilipollas, pero no parecía haberse repetido en más gente.

Al terminar se pasó la manía por la cara, nada de eso pintaba bien.
A ese paso de tortuga pasaría demasiado tiempo antes de encontrar una solución y volver a la normalidad.

Un nuevo mensaje de Conway le hizo alzar una pequeña sonrisa.
"Capullo, ya verás la de porrazos que te meteré cuando vuelvas al servicio"

Con una risita, escribió su repuesta.
"Usted metame todo que quiera"
Casi podía imaginarse la mueca de disgusto en la cara de la súper intendente.

-Ya he vuelto, Gustabo, perdón, Gaby-.

Había estado tan concentrado en los tres puntos que aparecían en la pantalla que no había oído a Hortensia llegar.
-Estoy en la sala, hablando con la súper-.
-Ya decía yo que tenía que haber una razón para que estuvieras riéndote como cría-.

La mirada de Gustabo se apartó de la pantalla para ver a Hortensia saltar el respaldo y aterrizar a su lado en el sofá.
-¿Que te cuenta la súper?-.
-Na, no mucho, me dio los reportes de la semana que estuve en cama y se puso toda nerviosa cuando empecé a decirle mami y que ella podía meterme todo lo que quisiera-.
-¡¿Que?!-.
El grito de Hortensia seguido de sus carcajadas contagiaron a Gustabo, hasta que una nueva ola de dolor atravesó su torso.
-Joder, como duele esta mierda, no me hagas reír Horacio-.
-¡Hortensia! Como la flor, Gabriela-.
-Perdona, Floripondia-.

Las risas siguieron junto con golpe suave a la cabeza de Gustabo por parte de Hortensia.
-Tia, que no es lo mismo, el floripondio cae pa' bajo y parece las faldas de la abuela, la Hortensia son estéticas y pueden ser azules y moraditas, perfectas para un ramo-.
-Lo que tú digas, Floripondia-.
-Me cago en ti, Gustabina-.
-Por Dios, que feo suena eso-.
Hortensia se sostuvo el estómago de la risa, pequeñas lágrimas se retenían en sus ojos y tenía las mejillas muy rojas.
-Suena un medicamento de mierda-.
-Deme diez miligramos de Gustabina-.
-Te extrañe mucho esta semana-.

La risa de Hortensia paro y sus miradas se cruzaron.
-Bueno, ya me tienes de vuelta, y tendrás que atenderme por lo menos una semana hasta que me ponga bien nuevamente-.
Las manos de Hortensia rodearon el cuello de Gaby en un abrazo que la rubia devolvió con calidez.
-Me hiciste mucha falta-.
-Prometo no dejarte sola nunca más-.
-Eso espero, aunque... pasaron algunas cosas salseantes que tengo que contarte-.

Se separaron del abrazo y la rubia sonrió con picardía.
-Cuenta el mambo, Floripondia-.
-Pero Gabriela-.
El tono de fastidio en la peli azul arranco otra sonrisa a la rubia.
-Por cierto ¿Tienes algo para cenar? Estoy que me muero de hambre-.
-Si, voy a prepararte algo rápido-.
-Real food eh-.
-Claro, deberías venir a sentarte a la cocina, así puedo contarte todo-.
-Venga vamos-.

Gabriela se puso en pie y siguió a Hortensia a la cocina, sentándose en el taburete de la barra mientras la de pelo azul sacaba ingredientes de la nevera.