❛¡KouNene Book!❜

━ 🌸┊𝗢𝗻𝗲-𝘀𝗵𝗼𝘁 𝟱

┊Tema del one-shot: Ropa prestada.

Se encontraba saliendo del vestuario de chicas después de cambiarse el uniforme de educación física por el normal, ya no había más actividades, por lo que podría volver tranquilamente a casa.

Se sentía feliz, ya que Aoi le consiguió un rico jugo de fresas el cual tomaba, nada podía empeorar su buen humor esa tarde.

— ¡Ouch!— se quejó cuando se estrelló con alguien, Nene vió en cámara lenta como su preciado jugo rosa salpicaba la sudadera blanca de la persona con la que se topó y cuando el envase calló se dió cuenta de su error.

—¡Lo siento mucho!— pidió disculpas mientras trataba de sacar de forma inútil la gran mancha rosa que se expandía por la remera blanca de la persona hasta quedar marcada.

— No te preocupes, ¿eh?¿Senpai?— la voz se le hizo muy conocida, así que subió su mirada para encontrarse con unos ojos azules que le miraban con la misma sorpresa que ella sentía en ese momento.

— Ay no,¡Kou-kun lo siento mucho en verdad! Esa mancha, será muy difícil de sacar.

—No se preocupe por eso senpai, no fue su culpa, cuando llegue a casa la lavaré.— trató de calmarla ya que sabía bien que era muy fácil para ella complicarse la vida con cosas pequeñas como esas.

—Pero cuando lo hagas será imposible que salga por completo. —dijo apenada ya que no solo era eso, sabía que su menor debía quedarse más tiempo ahí en la escuela y para cuando este llegara a su casa esa mancha ya se habrá secado y dejará una marca gigante en la remera.

—Está bien, solo es una mancha.— por lo pronto trató de restarle importancia a la situación de su uniforme de educación física para dejar todo como estaba, no le quedaba de otra, tendría que ir con la remera que llevaba debajo de la camisa.

Pero Kou no sabía que ella tomaría la decisión de llevarse esa sucia remera a su casa para lavarla.

No supo cómo ni por qué medio, pero logró que el Minamoto le entregara esa playera y ahora se encontraba con rumbo a su hogar. 

Quizás fue por su forma insistente de pedírselo que dejó aturdido al pobre chico que se la entregó, prometiendo que mañana en la mañana se la entregaría de nuevo.

Así que ni bien abrió la puerta de su hogar saludó a su madre, que se encontraba en la cocina tomando un té, y se dirigió hacia la lavandería, en donde se sentó y empezó a fregar con agua y jabón abundante la zona marcada hasta que se aseguró de que no quedaba nada.

Consumió casi todo el jabón sólido para ropa que tenían en la casa, pero valió la pena.

No conforme con eso la metió a la lavadora, mientras esperó a que se detuviera se cambió e hizo algunas cosas de la escuela.

Una vez la máquina terminó su proceso de enjuague Nene corrió para sacarla de ahí y la metió en la secadora. Cuando ya estuvo lo suficientemente seca la sacó y colgó en su perchero ya que su madre la llamó para comer.

Y después de todo aquello por fin pudo relajarse, se tiró en su cama, suspirando. 

Miró la playera de su amigo, la había dejado tan blanca que no se notaba que alguna mancha hubiera estado ahí. 

Se acercó a esta para poder comprobar que logró sacar todo y la tomó en sus manos para sentarse nuevamente, la acercó un poco para ver mejor el lugar. 

Y mientras se perdía en sus pensamientos la levantó un poco para verla extendida completamente, se notaba que era por lo menos dos tallas más grande que la de Yashiro y tuvo una brillante idea.

Encima de su pijama ya colocado vistió la remera blanca del Minamoto y se miró al espejo, analizandola.

Le quedaba grande, eso no se podia negar. Y unos diez centímetros más y era lo que faltaba para que sea considerado un vestido para ella. 

Un rojo involuntario inundó sus mejillas y bajó un poco la mirada, avergonzada por estar usando ropa que no era suya.

En eso se le ocurrió aspirar el olor del jabón a flores primaverales que tanto le gustaba que comprara su madre, así que acercó el cuello de esta hacia su nariz, deseosa por sentir la fragancia en sus fosas nasales.

Grande fue su sorpresa al sentir un olor diferente al que esperaba; era un olor dulce y hogareño, como el de la miel y las galletas recién horneadas. 

Fue una fragancia que no supo de donde provino pero que no le disgustó en lo absoluto, es más, la acercó un poco más para sentir mejor ese aroma tan rico y grato, no sabia porque, pero le resultaba muy familiar.

Su mente no tardó en recordar a Kou y en las veces que estuvo cerca de él, recordando que lo sintió en él. La vergüenza la azotó nuevamente, y su rubor aumentó hasta cubrir toda su cara.

Aun así no se la sacó, le gustó sentir como la ropa grande del rubio le quedaba, es más, le daba una sensación de calidez y protección que nunca antes sintió. Se sentía tan bien que olvidó sacarsela para dormir y terminó envuelta en las sabanas con aquella blusa puesta toda la noche. 

Ya en la mañana la peli-plata le entregó su playera al rubio, quien le agradeció por devolvérsela y además de eso lavarsela, pero la notó un poco extraña, como avergonzada por algo, ella se despidió muy rápido y se fue a su salón. 

Nuevamente ese día tenia educación física, por lo que se dirigió al vestuario de hombres a cambiarse para asistir. Cuando estuvo colocando la pudo ver que su senpai logró quitar la mancha completamente, sí que era buena.

Y para cuando él la tuvo puesta pudo sentir un aroma diferente, uno que no era suyo, así que acercó un extremo a su nariz y sintió un rico aroma a lavanda y flores que lo hizo sonreír inconscientemente.

No supo por qué, pero aquel olor le recordó a Yashiro Nene.

N/A: Esto fue muy lindo y gracioso de redactar.