Estábamos sentados esperando la dictadura del profesor en jefe. Solo ella y yo faltabamos. Estaba nervioso, la última vez que había salido de casa había sido... Hace tanto tiempo que no recuerdo. Quizá... ¿Dos años?
Ella era bonita, sin duda. No muy mi gusto, pero bonita. Cabello rosa, piel naranja, ojos verdes.
Me sudaban las manos, y estaba preocupado, era la segunda vez que me rechazaban, y si volvía a fallar, mis padres tendrían que echarme de casa.
La miré, parecía inocente, jovial y despreocupada.
—Es bonito tu cabello —dije sin querer, por los nervios—. Chino.
—¡Ah! ¿Mi cabello? Gracias. Y no, no es chino.
—¿No lo es? Pues yo si lo veo chino.
—No, no lo es. El cabello chino es así —explicó ella haciendo espirales con su dedo, como formando un resorte en el aire—. Yo tengo cabello ondulado. El cabello ondulado hace así —explicó ahora haciendo ondas con el dedo—. Cómo las olas del mar. Por eso es "ondulado" ¿Ves? Ond- as Ond- ulado. En realidad no entiendo de dónde viene el término "Chino" para el cabello chino. ¡No tiene sentido! ¿Has visto el cabello de los chinos? ¡Es lacio! Como el tuyo. El cabello ondulado, pues viene de las "ondas", como otro tipo de cosas... Cómo... El listón cuando lo mueves... Las olas del mar... ¡En fin! ¡Ese tipo de cosas! ¿Sabes? Pero ¿Chino? ¿En serio? ¡Para empezar! ¿Quién le dió ese nombre? ¿Quién dijo: Ah si, llamemos este tipo de cabello "cabello chino"? ¡¿Y quién dijo: llamemos a este tipo de cabello "cabello lacio"?! Lacio... Cómo algo liso, por ejemplo... Un piso, es recto, directo, liso... Cómo una línea, que va directo...
—Directo al punto.
—¡Exacto directo al punto! Por ejemplo si estás hablando de un tema y empiezas a irte por lar ramas, es como si estuvieras ejemplificando el cabello ondulado o "chino" va de aquí allá —comenzó a decir moviendo su dedo en forma de onda—. De aquí allá, pero si es liso-
—Era una indirecta. Por favor ve al punto.
—¡Oh! Lo siento muchísimo, suelo soltar mi lengua sin pensarlo —se disculpó quedándose callada—.
—¿Es todo? ¿Ya terminaste? —no quería ofender la pero me estaba poniendo más nervioso y quería que cerrara el pico—.
—Uhum –asintió con la cabeza—.Ella estaba a un asiento más lejos de mí. Los dos miramos al frente en un silencio incómodo. Al menos para mí, ya que ella seguía manteniendo su aura de jovailidad y despreocupación.
Ahora me arrepentía, preferiría estar escuchando su voz que estar en ese silencio, con el sonido de mi mente diciéndome que no lo lograría.
Sonó una voz en la bocina, diciendo que faltaba poco para el siguiente turno, que era el de ella.
—Perdón si te ofendí —mencioné, quizá sería la última vez que la veía y no quería quedarme con la sensación de culpa—.
—¿Qué? ¡Ay, no para nada! —respondió sacudiendo sus manos diciendo que no con ellas–. Estoy acostumbrada.
—Ya veo. Entonces, si quieres puedes seguir hablando.
—No te preocupes, no te quiero molestar.¡AGH! Es una indirecta para que sigas hablando.
Ella comenzó a reírse entre dientes, y a moverse como si estuviera teniendo una conversación, o como si estuviera actuando.
Era demasiado ruidosa.
—¿Podrías dejar de hacer "ruido"?
—¿Ruido? ¡Pero no estoy hablando ni haciendo ningún sonido!
—Lo siento, pero estás siendo muy ruidosa.
—Ah, te refieres a mis movimientos. Perdón, trataré de controlarlo.Ahora sí, era más pacífico todo. Claro, con la sensación de incomodidad.
Volví a sentirme culpable. Ya saben, la sensación de náuseas que te da cuando cometes una mentira u ofensa.
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Poemas, Frases y Pedazos de Historias
PoesíaNo tengo descripción para este libro, pues la mayoría de capítulos reflejan un poco de lo que hay en mí mente, lo único que les diré es: ¡Gracias por existir! ~Katana