¿Está mal tener un harem de hermosas dragonas?

La noche en que te conocí

Bell: ¡U-un Dra-Dragón!

Bell estaba terriblemente nervioso, se preguntaba cómo rayos había un dragón y nadie parecía darse cuenta de ese simple hecho.

Bell se estaba preguntando si debía ir por algún miembro de la familia Ganesha o alguien que fuera de utilidad, pero sus piernas se negaron a moverse, con su vista temblorosa vio como aquel dragón verde tenía una gran espada clavada en lo que parecía ser entre una de sus patas y su lomo.

Por un breve pensamiento fugas Bell creyó que era buena idea aprovechar que el dragón estaba gravemente herido y matarlo y solo tal vez con ese hecho una buena familia lo aceptará y por fin iniciar su sueño de convertirse en un héroe.

Pero toda idea que pudo haber tenido Bell fue arrojada a lo más profundo del calabozo, cuando Bell sintió la mirada de aquel dragón sobre de el.

Pero lo que sucedió después hizo que casi Bell sufriera un infarto por la impresión.

¿?: -resoplando- Jamás hubiera prensado que lo último que vería fuera un patético humano
Bell: ¡Por la barba de Zeus! ¡ACABAS DE HABLAR! -al borde del desmayó-
¿?: Además de patético, eres idiota, pero no puedo esperar mucho de seres inferiores como los humanos

Bell estaba sorprendido, jamás escucho que un monstruo fuera capaz de hablar, pero aquí estaba un gran dragón denigrando a su raza y recalcando lo estúpido que Bell era.

Lejos de sentirse ofendido, Bell repasó una y otra vez en su cabeza las palabras que escuchó del dragón, dándose cuenta de un detalle.

Bell: Espera...¿Cómo lo último que verás? ¿Estás muriendo?
¿?: -rodando los ojos- Estúpido humano, acaso no ves que tengo una espada clavada cerca de un punto vital ¡Obvio que me estoy muriendo!
Bell: ¡Lo siento! Es que todavía me cuesta asimilar que estoy hablando con un dragón
¿?: -resoplando- Seres de mente simple, si no estuviera tan cansada ya habría acabado con tu exasperante existencia
Bell: -con una gota de sudor- Lo sé, muchos me suelen decir lo mismo -mirando la gran espada- supongo que no puedes sacar la espada por tu cuenta (Por los dioses quien es capaz en este mundo de blandir esa espada)
¿?: Creo que es obvia la respuesta, solo un Dios o una persona de corazón puro puede tomar la espada sin sufrir daños, así que estoy condenada a morir ya que nadie sacaría la espada y moriré por las hemorragias

Bell se quedó en silencio unos minutos, una parte de el quería ayudarla sabiendo que era probable de que aquel dragón lo matará antes o después de ayudarla y otra parte de el le decía que la dejara a su suerte, después de todo es un monstruo y los monstrous son malos ¿Verdad?

Fue ahí que Bell tuvo un recuerdo de su niñez.

Recuerdo

En medio de un campo se podía ver a un viejo que por el ángulo donde se encontraba parado la luz del solo ocultaba su rostro y atrás de él  caminaba un niño peliblanco y por su expresión estaban teniendo una plática muy importante.

Viejo: Recuerda Bell si quieres ser un héroe debes de ayudar y salvar a todos los que estén a tu alcance, sin importar la edad, el género y la raza, todos sin igual de importantes y a todos debes de brindarle ayuda
Bell: -dando pequeños saltos de emoción-  Ya verás que si salvaré a todos abuelo
Abuelo: Bell es imposible salvar a todos, ni siquiera los dioses pueden
Bell: Aún así lo intentaré -cerrando su puño con convicción- Acabaré con todos los mounstros y salvaré a todos

En ese momento el abuelo miro la puesta del Sol, como si contemplará el futuro y sus posibilidades.

Abuelo: Dime Bell ¿Que harías si un monstruo es capaz de sentir como nosostros?