Lo que ambos tienen en común es el poder que los atormenta.
¿La diferencia?
Ella tendrá que vivir con su poder por el resto de su vida, pero gracias al destino, estas dos almas se encontraron y no se separaran. Y quien sabe, tal vez el chico pueda...
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—La maldición altamente vengativa de grado especial, Orimoto Rika...— la voz de un hombre se escuchó dentro del cuarto, aunque no se podía ver su cuerpo o rostro debido a las bases de madera que los cubrían— Se manifestó completamente por 422 segundos.
—Les confiamos a Okkotsu para evitar exactamente este tipo de situación, no tienen lugar para excusas... Gojo Satoru, Anjela Rodrigues.
—Pronúncielo bien, la concha de su madre. —susurró la chica con irritación, ignorando el regaño que le habían dado hace unos momentos.
—Bueno, aunque la verdad no pensábamos poner ninguna excusa. —contestó con simpleza el peli blanco, mientras rascaba su nuca con desinterés.
—¡¿Nos estas molestando?!, ¡Si dejamos a Rika como estaba, una ciudad entera podría haber sido destruida!. —recriminó otro de los altos mandos, haciendo que tanto Gojo como su alumna, pusieran los ojos en blanco
—Si llegara a eso yo hubiera arriesgado mi vida para detenerlo —aseguró el profesor, mientras que la castaña se cruzaba de brazos sin decir nada—; pero sabe, solo hay una cosa que podemos decir de esa maldición... Es desconocida, ¿Cómo una maldicion de una chica sin relación con las maldiciones pudo volverse tan sumamente grande?.—preguntó mientras que los demás se mantenían en silencio.
—Pensar que la ejecución es la solución a los problemas es razonable, pero completamente estúpido—habló por primera vez la chica, y ganándose la atención de los presentes—. El ir a la salida fácil sin siquiera intentar algo nuevo, es una respuesta pobre a los problemas, no me han ejecutado porque yo ya sabía cómo controlarme, Okkotsu no sabe cómo, pero si lo consigue, eso nos favorece a nosotros. —trato de negociar la castaña, dándose cuenta de que los altos mandos lo estaban tomando en cuenta, debido al silencio que se creó, uno que duro varios minutos.
—Podría ser así, pero una vez siendo lo suficientemente fuerte, podría querer ponerse en nuestra contra. —se negaron finalmente ante la propuesta de Ángela.
—Ah, no se preocupen, no se necesita ser fuerte para querer ir en su contra. —comentó la castaña con una sonrisa inocente, mientras que su profesor reprimió una risa. Ambos dieron media vuelta, dispuestos a retirarse del lugar.
—No olviden que la ejecución secreta de Okkotsu solo está en espera.
—Y si llega a eso... —empezó a decir el peli blanco mientras detenía su andar y volteaba a ver hacia quien había hablado— No olviden que estaremos a su lado. —aseguró Satoru, para después salir de la habitación junto con su alumna.
