15

2.1K 364 61
                                    

— ¿Tú eres (N)? — le preguntó un chico alto, cabello castaño con un mechón rubio, ojos anaranjados y los tatuajes en las manos de los que ella se había copiado.

— Sí. Kuznetsova (N) — dijo su nombre completo.

— Hanma Shūji — estiró su mano con una sonrisa pícara hacía la chica, ella la estrecho dejando ver el tatuaje en su mano — ¿Que significan tus tatuajes? — preguntó, tomando la dos manos femeninas, viendo el escrito en ruso.

— Castigo y pecado — dijo señalando los escritos — perdón por robarte la idea... No creí que te conocería —.

— No me molesta — le sonrió — sígueme — sin decir más, se montó en su moto y arrancó con la chica siguiéndolo.

Llegaron a un sitio abandonado, un montón de chicos con el mismo atuendo los recibieron con un silencio y miradas curiosas.

— ¿Lista para la prueba, preciosa? — preguntó sin mirarla.

— Seguro — respondió tranquila.

Hanma llamó a uno de los más fuertes en esa pandilla para que peleará con la chica, lo haría el mismo pero quería observar desde lejos.

— Tranquila, bonita seré suave contigo — habló el chico recién llegado.

— Eso lo debería decir yo — sonrió ladino.

Con sus manos incitó al chico para que lanzará el primer golpe, este lo hizo pero ella lo esquivó sin esfuerzo para luego darle un golpe que lo mando al suelo, luego se volteó hacia Shūji y lo miro con cara de "¿En serio?" Y este solo se encogió de hombros.

— Bienvenida — le lanzó la chaqueta que utilizaban en la pandilla.

— Diré algo — avisó y el chico alto hizo que todos prestarán atención — ¡Escuchen bien porque no lo voy a repetir!... ¡El que se atreva a mirarme con ojos deseosos sin que yo le de permiso, le sacaré un ojo con mis propias manos!... ¡El que me toque de manera incorrecta, le cortaré la mano!... Y el que se atreva a amenazarme, le daré un pase especial al cementerio más cercano — dijo de manera fuerte y clara, colocándose la chaqueta que el chico le había dado.

— ¡Aquí tú no das órdenes, mujer! — gritó uno desde el fondo.

— Un paso al frente el que dijo eso — ordenó Hanma. Sabiendo que la chica era peligrosa, palabras dichas por Kisaki, la estaba provocando.

El chico se puso al frente, con su rostro serio mirando a la chica, a pesar de que ella era más alta, la veía con superioridad.

— Repite lo dicho — le ordenó la chica, acercándose a él.

— Aquí tú no das órdenes — le repitió, sin romper el contacto visual con esos ojos grises que le estaban penetrando el alma.

— Que raro ¿No?... Acabas de acatar una orden mía y sin ninguna queja — se burló la fémina.

Los que estaban alrededor se taparon la boca para no reír.

— ¡No se rían, inuti- —.

— Cállate... Pareces un animal gritando así — su voz tranquila sonó, callando al chico de enfrente — ¿Ves? Me estás obedeciendo y no te escucho quejarte — sonrió de lado.

— Maldita — se abalanzó hacia ella queriendo golpearla pero un cañón en su garganta lo hizo detenerse.

— No sigan este ejemplo — les dijo a los demás, señalando al que tenía apuntado y no dejaba separarse — seré un amor con ustedes, no se preocupen... Solo no me hagan enojar y nadie saldrá herido — guardó el arma — tú, muévete a tu lugar otra vez — el chico asintió y antes de irse ella le dió una nalgada — así me gusta, obediente — soltó una pequeña carcajada que se le contagio a algunos presentes.

La mano tatuada del alto chico se posó en su hombro derecho, recargando un poco su peso ahí.

— Me agradas~ —.

— Y tú a mí~ — hizo una pausa — ¿Vamos a la cafeteria que está aquí cerca? Es que tengo hambre — habló más alegre.

El contrario rió por el cambio de actitud tan repentino que tuvo la más bajita, asintió y salieron del lugar. Se irían a pie, no había necesidad de usar las motos cuando su destino quedaba tan cerca.

=•=•=

— ¿De dónde conoces a Kisaki? —.

— De primaria. Simplemente lo ví, me llamó la atención, me pegué a él como un chicle y nunca me alejó... Es mi mejor amigo — rió un poco.

— Eres bastante alta ¿Estás segura que no me mentiste con tu edad? —.

— Es de familia... Mi papá mide dos metros y mi mamá 1'82cm, es normal que mi altura sea así —.

— ¿Que van a pedir? — preguntó la chica que atiende.

— Una malteada de chocolate — pidió la de ojos grises.

— ¿Tienes hermanos? — preguntó el chico, luego de pedir también.

— Tengo cuatro hermanos mayores, soy la única mujer entre ellos —.

— No eres japonesa ¿Cierto? —.

— No, nací en Rusia y soy mestiza —.

Con sus órdenes entregadas, salieron del establecimiento para caminar por ahí mientras tomaban y comían lo que pidieron para llevar.

— ¿Que haces con un arma? —.

— Eres un preguntón — le dió un trago a su malteada — estoy metida en líos que si tú estuvieras en ellos, te matarían a los pocos días — se burló — tengo que tener con que defenderme —.

— Cuando te ví, pensé que eras hija de papi —.

— Nada de eso — rió un poco.

— ¿Eso es un piercing? —.

— ¿No se te acaban las preguntas? —.

— No —.

— Si, si es un piercing, mira ahhhh — sacó su lengua para que viera la pequeña bolita metálica.

— ... ¿Tienes más tatuajes? —.

— Seis en total... Dos en los manos, dos en los muslos, uno en la espalda y uno en el abdomen —.

— ¿Puedo ve- —.

— No, basta de preguntas —.

— Per- —.

— No —.




Bye bye~

Inteligencia Y Fuerza • Kisaki TettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora