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Una corriente de aire frío recorrió mi habitación, no, no era aire, era el susurro de aquel que se llevaría mi alma; Estaba allí, viéndome fijamente, esperando a que dijera algo y aun así nada venia a mi, solo podía recordar los buenos momentos con mis amigos y familia.
Camino hacia mi cama donde me encontraba sentado, se detuvo frente a mi y dijo mi nombre como si hasta el sintiera lástima de mi, bien dicen que la muerte suele ser misericordiosa.
Estás listo para partir?
Dijo firmemente, yo no sabía que decir, pues que es la muerte si no el alivio de una vida llena de descontrol y amargura, un final para todo aquello que queremos pero no podemos controlar, un alivio para todo mal y remedio para cualquier malestar.  Por lo que solo tenía una cosa en mente.
-Dolerá? Pregunte sin titubeos.
-No, no sentirás nada.
-Y mis padres y amigos? Qué hay de ellos
-Ellis sufrirán la pérdida como cualquiera, pero no les pasará nada.
Su voz fría cual brisa invernal resonó en mi, no sabía que hacer para que ellos no sufrieran tanto. Debería dejar una nota o despedirme? No haría diferencia, la pérdida y el dolor siempre será igual, no importa lo que haga.
-Entonces supongo que el momento ha llegado
Dije sin rodeos mientras lo miraba a los ojos, o lo que yo esperaba encontrar, en su lugar solo había un oscuro vacío. Y así son darme cuenta me rendí, me rendí ante la aplastante sensación de impotencia al saber que no había nada que pudiera hacer, me rendí ante la abrumadora sensación de que mi tiempo en este mundo había llegado a su final, pero más importante, me rendí ante las voces dentro de mi cabeza cayendo en el oscuro abismo de la tranquilidad.
Al fin las había logrado callar pero a qué costo? El costo fue mi propia vida, pero eso no era vivir, las voces me decían que lo hiciera, que nada saldría mal, las voces me pedían un precio para acallarlas, pero cada que acallaba una escuchaba 2 mas y jamás lograba silenciarlas todas al mismo tiempo; hice lo que me pidieron y aun así siguieron hablando, toda esa sangre derramada para nada.
Pero al fin descubro la forma de acallarlas; las voces estarían en silencio y yo en paz por siempre y para siempre.
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La verdad no se a donde quería llegar con esto así que solo seguí escribiendo. Un poco tétrica y oscura pero espero y les guste

Locuras de mi menteWhere stories live. Discover now