Las cosas mas bellas no precisamente se entienden, simplemente se viven, o se muere por ellas
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—chicas ya me voy!— gritaba mi madre desde la puerta de la casa sin antes dar un portazo e ir casi corriendo a su trabajo de costurera. Yo y mi hermana estábamos en nuestro cuarto y si lo compartíamos ya que no teníamos suficiente dinero para ir a vivir a una casa mas grande, para nuestra suerte era verano y podíamos levantarnos tarde si quisiéramos, pero primero el aseo de la casa.
Mi hermana se levanto primero dirigiéndose al baño mientras yo frotaba mi cara contra mis manos, mire la hora y suspire pesadamente, entre mas rápido me levantaba y hacia todo, mas rápido me ganaría afuera de la casa sintiendo la frescura del viento
— Reb, no queda agua caliente— mire a mi hermana con el seño fruncido y bufe para bostezar y poder responderle
— Cami estamos en verano, acaso no puedes ducharte con agua helada?— dije mientras me vestía rápido con lo primero que encontraba y empezaba a ordenar. Mi hermana, Camila, tiene 13 años y aunque mama era una mujer muy ausente en nuestras vidas, yo la termine de criar desde que yo tenia 7 años.
—pero, sabes que no me gusta el agua....—
—helada, ya lo se Cami, pero esta vez puedes hacer el esfuerzo? aun no me pagan y a mama tampoco, tal vez tendremos que ir con la vecina en la tarde almorzar, otra vez— ella bufo y se dirigió al baño otra vez. después de una hora ya todo estaba listo y mi hermana estaba tomando desayuno mientras que yo me vestía mejor y me preparaba para ir a retirar el dinero y hacer las compras.
—termina para que me acompañes a que me paguen— ella simplemente asintió y continuo con lo suyo, cuando pasaron unos minutos ella se peino y lavo sus traste y nos dirigimos a mi trabajo
—aun no entiendo por que no vas a la escuela, eres inteligente y ya deberías estar en la universidad Reb—
—ya hablamos de esto Camila, yo y mama trabajamos y tu estudias, necesitas el dinero mas que yo para que puedas estudiar lo que tu quieras y gracias a dios que tienes becas— ella mira a un costado algo distraída y volvió hablar
—es injusto que yo vaya a la universidad y tu no— dijo con un tono enojado y yo suspire para detenerme y mirarla bien
—escúchame Camila, hemos tenido esta conversación antes y si es necesario por que tu sacas el tema será para siempre— guarde silencio un momento para inhalar y exhalar pesadamente —Tu necesitas estudiar, tener un sueño y ser feliz y no ser una fracasada como mama, yo ya elegí mi vida y es esta, cuidarte a ti y solo a ti y asegurarme que vayas a la universidad y salgas con un maldito titulo, escuchaste?— ella simplemente asintió y volvimos a caminar.
Al ya tener el dinero fuimos rápidamente a la tienda y empezamos a comprar cosas para la casa, comida y el gas. Mientras buscábamos mas cosas un grupo de chicos entraron, pero no era cualquier grupo de chicos eran Los Santos, una pandilla que "protege" nuestra cuadra. y de que? pues de las otras pandillas que amenazan o tratan de pensarlo. Una vez cuando tenia 14 años pensé en unírmelos para proteger a mi familia, pero ese pensamiento desapareció rápidamente.
Agarre a mi hermana por el brazo para apegarla a mi y seguir con lo nuestro, sentía que nos estaban observando y gire ligeramente mi cabeza donde la pandilla, cruce miradas enseguida con ese chico, mas bien hombre, un metro ochenta y cinco, con su cabello rapado y con el tatuaje del símbolo de los santos en su cuello, le sonríe con sarcásticamente y el simplemente dejo de mirarme, sentí que mi pecho apretaba y ardía un poco al verlo ahí, aunque no me sorprendía, el era la tercera generación en su familia en estar en esa pandilla. Era mi mejor amigo, fue mi primer beso, y mi primer amor y yo fui la suya, o es lo que me conto
—deja de mirarlo— dijo mi hermana con un susurro y yo la mire enseguida algo sorprendida por que lo haya notado, negué sonriéndole y pagamos nuestras cosas y nos fuimos, ella con las bolsas y yo con el gas en mano —aun te sigue gustando? es un santo—
—ese tema no te concierne— dije un poco seria y ella se hecho a reír, me atrapo yo no puedo ser seria con este tema y solo negué sonriendo como tonta —basta de reírte, solo vamos a casa hacer el almuerzo y pasar una tarde juntas
—uff se me olvido decirte que Ashley me invito a su casa, su papá le compro una piscina— yo asentí ligeramente y le dedique un "okey" eso significaba que estaré sola en casa otra vez
—no se te olvide si se te hace tarde quédate ahí y llámame en cualquier momento ¿okey?— ella sonrió asintiendo energéticamente y yo le devolví la sonrisa, al llegar a la casa empezamos a ordenar la comida comprada para luego hacer el almuerzo. Mientras Camila solo ponia la mesa yo hacia unos fideos/pasta con salsa de tomate.
—cuando me dirás tu historia con ese santo—
Le mira algo incrédula y puse una mano en mi cadera para observarla —hablas de Jean?—
—exacto, hablo de Jean Carlos, antes eran muy amigos y ustedes dos siempre me cuidaban—
—tu si que eres terca como una mula, pero te lo diré, solo por que siento que si no te lo digo yo, capas vayas con a preguntarle a el— dije casi riendo con ironía.
—ósea puedo ir hablar con el— yo le negué enseguida algo enojada, desde que Jean se volvió un Santo, le prohibí a mi hermana volver hablarle o dirigirle la mirada.
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Only You ©
Novela Juvenil"y ellos eran dos piezas que encajaban a la perfección, pero no eran del mismo rompecabezas"