... lo sé, ya ha pasado una semana ¿O quizás más que ese periodo de tiempo? en ocasiones puede ser realmente difícil llevar cuentas, aunque nunca he sido buena en eso y más aún si la monotonía es la dulce vitalidad que me acompaña; hay tanto que pude haber escrito, pero ante la idea de ahora afrontar la posibilidad de no volver a escribirte continuaré haciéndolo cuando el día al ocaso derrocha calma.
Hay tanto que decir, pero mi léxico es carente de palabras adecuadas para describir aquello que ahora es común llamar "un día normal", sin embargo aún puedo generalizar y decir que tengo miedo.
No son muchos kilómetros y aunque no lleve la cuenta puedo saber cuántas cuadras y parques he recorrido y tengo que recorrer si no se altera la ruta determinada hacia la persistente esperanza de seguridad. Parece lento el progreso si a pesar de la corta ruta aún he atravesado solo un distrito, y no es que me desanime, pero creía que podría salir de esta abarrotada y terrible planificada megalópoli en menos tiempo.
Supongo que un aspecto positivo es el que hemos podido organizar adecuadamente nuestros suministros, llevando y buscando solo así lo necesario tomando en cuenta la posibilidad de lo que podamos encontrar; priorizando el agua potable, ya que las plantas de abastecimiento de agua dejaron de funcionar en su mayoría y las que quedan activas solo circulan agua no tratada.
Creo que es suficiente palabrería por hoy.
Es irónico que esté segura de haber olvidado algo que tenía que decirte... sé que debía hacer énfasis en algo.