Takemichi va a una cueva la cual había llamado su atención al verla en un cartelito, lo que no se esperaba era encontrar a una criatura que se creía un mito.
Takemichi se estaba metiendo en la boca del lobo y en el fondo lo sabía.
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Takemichi Hanagaki vive en una casa cerca del mar pero alejada de muchos pueblos.
Takemichi hace años no iba al pueblo más cercano, pueblo el cual tiene varias playas, cuevas y piscinas naturales, era un pueblo hermoso.
Hoy el rubio de ojos azules brillantes como el cielo, decidió ir al publo más cercano para ver que había cambiado.
Al llegar a una plaza vió un montón de carpas y puestos con comida, adornos, ropa y mucho más, tenía sentido pues estaban en semana de festividad.
Takemichi se acercó a un pequeño puesto con cartelitos, mapas y figuritas. Lo que le llamó la atención fue un pequeño cartelito donde había una imagen de una hermosa cueva en la playa, nunca había oído hablar de ella y tampoco recordaba haberla visitado. Decidio agarró el cartelito el cual dentro tenía un mapa y se dirigió a esa cueva.
Al llegar notó que estaba en un lugar donde era casi imposible de encontrar. Entró y vió una piscina natural dentro, Takemichi se rió porque era parecida a la de "Las Sirenas de Mako".
Hacía calor y Takemichi no pudo aguantar las ganas de querer meterse, se desvistió quedando en bañador y se sentó en la orilla para meter primero los pies.
El agua estaba tibia, y la piscina se veía muy profunda, tanto que el fondo era negro. Decidió ignorar eso y se metió del todo, comenzando a nadar por toda la piscina.
Cuando se cansó se acercó a la orilla, apoyando los brazos para no hundirse.
Un jalón en el pie lo hizo sobresaltar y mirar de bajo, no vió nada, pero otro jalón aún más fuerte hizo que cayera bajo el agua. Abrió los ojos y no pudo evitar abrir la boca de la sorpresa al ver a un chico pelinegro con ojos al parecer negros también y con una especie de tatuaje en el cuello. El chico notó que Hanagaki se estaba ahogando y lo llevó a la superficie, dejándolo sentado en la orilla.
Takemichi recuperó el aire y miró mejor al chico que estaba en el agua, tenía una evidente cola de pez de color azul, lo miraba atentamente como si estuviera viendo la cosa más hermosa del mundo, entonces Takemichi cayó en cuenta.
-¿Quién y qué eres? - se atrevió a preguntar el rubio.
El desconocido salió del trance y sonrió ante la pregunta.
-Soy Manjiro Sano, llamame Mikey y soy un tritón. - respondió Mikey aún manteniendo la sonrisa.
-Eh... Yo soy Takemichi Hanagaki, llamame Takemichi...? - se presentó con algo de duda, aún estaba procesando todo.
Mikey sonrió aún más y se acercó peligrosamente a Takemichi, apoyándose a sus costados, haciendo que sus rostros quedasen demasiado cerca.
-Eres un humano ¿Verdad? He escuchado mucho de ustedes pero nunca había visto a uno en persona, eres muy lindo. - después de decir eso sonrió cerrando los ojos durante unos segundos para luego volver a mirar esos ojos azules.
