-Mucho gusto Señora Evangelina Gongora- Harry saludo cortésmente, esa mujer era conocida de algún lado, ya fuese de algún retrato en algún lugar
-El gusto ya lo teníamos señor Potter, lamentablemente después de muchos años nos volvemos a encontrar, aunque pensé que nuestro reencuentro sería en circunstancias más diferentes- aseguro la mujer que estaba tomando asiento en la silla principal del salón
-He venido porque me han dicho que es la mejor vidente de todos los tiempos en este pueblo-
-De todo México, y el mundo; mi alumna fue Sibyll Trelawney, hasta el día de hoy, la menos talentosa pero muy persistente- pauso un momento para tomar una de sus muchas barajas de tarot que tenía en su escritorio -¿Cómo se encuentra señor Potter?- su spregunta era muy cortés
-Hasta el momento, muy bien- reacciono con cualquiera de las mayores naturalidades posibles
-Querido, dime la verdad- vio esos ojos verdes, claramente en ellos se reflejaba la tristeza -Draco te extraña- afirmo tomando esas cartas pesadas entre sus manos
-No se como sabe su nombre, pero yo no lo...- pauso un momento, por primera vez iba a decirlo, una mentira más, ese fue el pensamiento que reino en su mente -yo no lo hecho de menos- dirigió su mirada a otros lugares donde pudiera soterrar aquella melancolía que poseía en sus emociones
-Señor Potter, tengo más edad de la que aparento- una sonrisa ladina se formo en su rostro, pero aquella fue una emoción sincera -Tome las cartas y revuelva entre sus manos, quiero ver lo que le depara el futuro-
el azabache tomo las pesadas cartas entre sus manos, era una baraja con muchos significados, toda cargada de energía, aquella mujer tomo de su cajón un incienso, colocándolo para quemarse lentamente como un fantasma que pareciera el mensajero del porvenir. Termino de barajear aquellos mapas.
-Saque siete cartas, no las voltee- solicito la mujer
-Ya, termine- fue lo que dijo al culminar aquellas acciones que le parecían raras, de verdad que su maestra en Hogwarts estaba perdiendo el tiempo.
-En el pasado veo un amor, tan gigante que ni los obstáculos les impidieron entregar el corazón del contrario, el diablo significa la pasión señor Potter- tomo su mano izquierda pareciendo leerla ante una rigurosa mirada examinadora -Aquí esta, el aún lo ama, aquí dice claramente que el amor de ambos fue profetizado antes de que usted naciera-
-Eso no puede ser, jamás- sus lagrimas querían brotar, pero la mujer continuo examinando la vida del niño-que-vivió
-Si señor Potter, conocí esa profecía porque yo la hice, fue el mismo Abraxas Malfoy quien la destruyo días antes de morir- sentencio aquella mujer -Hágame caso Harry, el destino ya esta forjado-
-¿Qué dice del futuro?-
-Aquí hay maltrató, solo una mujer va a poder rescatarlo, son dos caminos, si sigue el que esta tomando el de la actualidad, queriendo hacerle daño, el único en manifestarlo será usted- miro a sus ojos, esa mirada tomaba recuerdos de hace tantos años -El segundo es que escape, sea libre, no cometa el error de casarse, vea por el amor de su vida-
-Charlie es el amor de mi vida, aunque no es muy afectivo- sostuvo su postura ante la mujer que tenía en el una mirada inquisitiva
-Sabes que no es así, Harry, se lo que te digo-
-Espero, porque haré caso a sus profecías, pero primero me aseguraré de que sean ciertas- dudo poco de sus palabras, pero si alguna vez ya había muerto por una mala interpretación y seguimiento, no lo haría de nuevo
-Mañana hay sociedad de brujas, todas somos casadas, serías el primer hombre, ¿Harías el honor de conocerlas?- salió de un discurso para cambiar a uno más cómodo
-Con gusto, estaré aquí a medio día ¿le parece?-
-Excelente, y háblame de tu, Eva, dime Eva o Evangelina- extendía su mano pálida, la cual acepto gustoso -quédate a comer, te invito-
Esa tarde fue amena, esa mujer era agradable, le recordaba un poco a una combinación extraña entre Narcissa Malfoy y Molly Weasley, podía ser tan recatada en gustos aristocráticos como en el amor hogareño, esa combinación le fascino al pequeño Potter.
Esa misma noche espero a cenar a Bill, quien llego gustoso con una especie de planta exótica, pero prefirió guardar sus comentarios, algo que no ocurrió mucho porque aquella rareza le provoco una ingrata curiosidad
-Amor ¿Qué es?- pregunto curioso mientras sostenía su libro de español que le había regalado ese mismo día la mujer
-Es una planta del norte de México, pero no la toques, porque si no eres lo suficientemente fuerte u hombre te mata- pauso un momento -recuerda que tu muy fuerte que seas, no, mira tus brazos- bromeo un momento, pero la cara de Harry formo una sonrisa ladina que entendía el supuesto comentario chusco -Sabes que te amo Harry- aseguro cuando comenzaba a escribir su carta
-Yo a ti Bill- pensó un momento, ¿Cuándo le había dicho Draco que no le gustaba su cuerpo?, en todo momento el rubio se encargaba de decirle que era el mejor de los deportistas, el más guapo de toda la academia de aurores, el héroe de el, su Superman... Sonrío al recordarlo...
Por otro lado, Evangelina Góngora estaba en su casa, pero haría una llamada por su red flú que permanecía escondida de todo el mundo en el sótano de su casa
-Cissa- saludo con cortesía
-Evangelina ¿Cómo van las cosas por allá?- sonrió al ver a su amiga de toda la vida
-Harry Potter esta en México- soltó la noticia de inmediato -Después de ver el renacer espantoso de mi marido y venirme a Real del monte, no lo había encontrado, esta distinto- aseguro sus palabras como un candado que fiara sus pensamientos
-Te creo Evangelina, Tom antes de ser Voldemort era el mejor de los maridos- La suerte que tenía Narcissa de ser amiga de Evangelina, fue que conoció al verdadero Tom Riddle, antes que se volviera el Lord obscuro
-Eso no importa ahora ¿Está Draco en la casa?- su duda fue directa, eso la identificaba como una estudiante excelentísima de Slytherin
-No ¿Por qué?- la forma cortante de Narcissa fue espantosa -Es que, Harry lo dejo muy mal Evangelina-
-Cissa, iré a Inglaterra en dos semanas, dile que tengo que decirle algo con urgencia, pero que no este depresivo, Potter lo necesitara- aseguro, esa misma cara la había identificado en Bellatrix, si ellas decían algo, hasta cumplirlo
-Lo comunicaré, te quiero Evangelina-
-Te quiero Cissa, cuando vaya te llevaré especialmente cocadas- risas sonaron al apagar la red flú, ero en Inglaterra otra cosa sería
Draco estaba a lado de su madre, sabía que Bill siempre quiso conocer el lugar de la mejor de las videntes, sería obvio que iría a vivir a ese pueblo lleno de magia
-Ya sabes Draco, espera que Potter es tuyo- aseguro con palabras firmes
-Aún lo amo que hasta me duele- fue a su recámara entre lágrimas, estaba en un mar de ellas constantemente; añoraba los brazos delgados o medio formados de Harry, quedarse a acariciar ese "nido de gallinas" que tenía por cabello, aunque nunca aceptaría que esa sería una se sus mayores perdiciones con el salvador del mundo mágico, lo que más añoraba en todo lo que decía era que no podía estar lejos de el, su seguridad y hasta su valentía la transmitía en todo momento... Seguía amando a Harry Potter.

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Caso 203
FanfictionHarry Potter estaba dispuesto a amar a Draco Malfoy, pero todo se desvaneció cuando vio al amor de su vida con otro hombre de nombre Blaise Zabini. Fue en ese momento en el que decidió darle la oportunidad a alguien más, de nombre Bill Weasley, qui...