Llegaron a México, un lugar espectacular, la magia abundaba en las calles donde los famosos "médicos brujos" sanaban el alma, la nota mental que hizo Harry fue que debía visitar a uno, para quitarse ese "mal de amores" que le habían dicho que poseía.
Bill estaría en las partes montañosas de Orizaba criando Dragones de cola azul, o los K'aak'as máak, mejor aún los xolo, que eran dragones negros con destellos plateados que Bill lo llevo a Conocer desde principios de la llegada, en cambio, su animal favorito fue el alebrije, tenía cuerpo de hipopótamo pero una cabeza de foca con ojos de gato, colorido hasta en las paletas de tonos jamás vista y con un aspecto alegre, ese sería su mejor enfoque... En cambio, Harry se quedaría en casa a atender lo que se presentará, ya que Bill le explico que debía hacerlo mientras se acostumbraba, ¿Qué más daba el aburrimiento? planteaba, tal vez un poco de practica en algo mejoraría...
Al llegar a su casa en Real del Monte, esta era espaciosa, con una entrada que daba a una fuente rustica con bordes donde macetas decoradas de miles de colores eran las protagonistas, del otro lado las escaleras que daban hacía las recámaras donde descansarían, la cocina avanzando, pero también el comedor, la sala de estar y la de lecturas... Un paraíso para Harry
-¿Te gusta?- le pregunto Bill tomándolo por la cintura, besando sus labios cuando el moreno volteo asintiendo
-Me encanta, aunque aún no se como limpiare esto- rio sarcásticamente, obviamente que sería con un movimiento rápido de varita, pero eso se iría desarrollando con el tiempo
-Para eso estoy yo señorito- una mujer madura que le recordó a la Señora Weasley se pareció, su estatura era mediana baja, cabello oscuro con algunas canas y la piel dorada de su presencia notaba en todo el lugar -Me llamo Arcadia Paz, pero dígame Caña- se presento cortésmente
-Es quien te ayudará con la limpieza, y también quien te presentará a la sociedad- dijo presentando a la mujer
-Mucho gusto Caña, yo iré a dormir un poco, el viaje me ha cansado- sugirió Harry soltándose de Bill, quien lo atrajo con un apretón de manos
-Espera, nos vamos juntos- fue en ese momento en que empezó a sonar demandante, sus ojos azules se cruzaron por los verdes temblando en los interiores del salvador
-Si cariño, vámonos- fue todo lo que pudo decir, no quería hacer un escandalo frente a la señora de la limpieza, que trataría mejor que a una empleada, pero eso lo vería mañana
-Hasta mañana Arcadia, el desayuno a las siete de la mañana por favor- ordeno Bill a la mujer
-Como digan señores, hasta el día de mañana- salió de la sala principal hacía la cocina, donde ella comenzaba sus monólogos al son de una música que se le hacía hermosa a ambos ingleses. Ellos por su parte subieron a la recamara, última de los cuatro cuartos para descanso, aquel lugar era grande, sus paredes adornadas por algunos colibríes de colores que jamás habría visto, la cama, con cobertores pesados y bajo doseles que solo portaban un tul magnifico, los almohadones por su parte estaban tejidos a mano, el de Harry decía la frase "Descansa amor mío" con lazos entre dos aves que estaban adornadas por flores, y el de Bill tenía la frase "Despierta corazón dormido", el piso, talavera fría al contacto descalzo, y las decoraciones con los muebles magníficos, le baño cubierto por mosaicos de formas mientras uno caminaba hacía dentro
-¿Te gusta?- pregunto el pelirrojo a su novio
-Me encanta Bill, es magnifico- sonrió volteando hacía su pareja -Es magnifico estar en este lugar, me encanta, en la entrada hasta una fuente- ambos rieron ante ese comentario infantil
-Lo se, realmente te sorprenderá aún más esta gente-dijo tomando por la cintura a Harry -Y podríamos estrenar la cama- su broma causo un escalofrió en el moreno, realmente quería hacer eso desde hace tiempo, solo que no se animaba a dar el primer paso
-Acepto, señor Weasley- bromeo acostándose en la cama, abriendo sus extremidades a Bill, quien de un movimiento sin magia, solo con sus manos, comenzó a hacer su más grande necesidad, aquella que tenía entre manos... Definitivamente sería una larga noche...
El día siguiente, Harry despertó a las 5 de la mañana, aún no estaba muy acostumbrado en el horario, así que bajo a la cocina, donde Arcadia parecía estar en un ritual muy común para ella, sosteniendo veladoras o simplemente esparciendo cenizas en todo el rincón de la casa
-Niño- llamo su atención -Es muy temprano para que este despierto- señalo la bruja
-Disculpe Arcadia, pero tengo insomnio- dijo despertándose bien, intentando descifrar lo que había en su alrededor -¿Qué hace Caña?- pregunto bastante curioso
-Es un ritual de purificación, aparte mi niño usted trae una grande pena, debería ir con la vidente Evangelina Góngora, ella es muy buena- señalo comenzando a traer a Harry hacía su circulo formado por polvos -Te haré una limpia, purifica tu corazón mi niño- fue un momento en el que Harry se desmayo, no supo que sucedía, pero hasta que despertó por algo que le habría dado de tomar la mujer cobró conciencia
-¿Y Bill?- fue su primer impulso preguntar por el, ya que pensó se había quedado dormido hasta después de la partida de su novio
-Son las seis y media de la mañana, siéntate por favor que el desayuno estará en un santiamén- después de media hora, aquella mujer preparo muchos platillos, entre ellos unas tostadas bañadas en alguna salsa con queso y crema para montar llamados chilaquiles y huevo revuelto con café fuerte
-Huele delicioso- fue lo que dijo Bill al llegar a la cocina, abrazando por los hombros a Harry quien estaba sentado desayunando, el moreno lo primero que hizo fue voltear hacia el Weasley dando un beso en sus labios recién levantados -Buenos días Harry, buen día Arcadia-
-Buen día señor Weasley-
-Esta muy rico, siéntate cariño- le pido el moreno
-Harry, solo si te levantas me avisas ¿te parece?- le pregunto en una forma que jamás había utilizado, esta no sería la primer vez...
-Si cariño- contesto sintiéndose mal con el mismo, tal vez el tendría mejor trato si el comenzará a tratar a Bill como le gustaría ser tratado
-Señores, el desayuno- interrumpió Arcadia tan incomodo momento -El día de hoy llevaré a Harry con Evangelina señor Weasley, como me ordeno- dijo preparando unos panques con algo de dulce de leche de cabra "cajeta" le llaman
-Bien cariño, ella te dirá todo- se despidió terminando su desayuno y dirigiéndose hacía su recamara, en menos de media hora salió vestido con ropa de diferentes colores y tamaños -te cuidas cariño- beso su mejilla y después sus labios saliendo hacía el patio para aparecerse
-No se sienta mal Arcadia, jamás he tenido a alguien que me quiera- dijo viendo su plato, la primera vez que confió lo traicionaron... Eso se ganaba por amar, el desprecio de la gente
-Mi niño, no se sienta mal, en menos de lo que tu piensas serás amado, confía en tu novio- contesto la bruja comenzando a asear -le recomiendo subir a asearse, la bruja nos espera a las once del día-
llegaron las once del día, sinceramente tenía miedo, jamás había ido con una adivina buena, Trelawney no contaba, era tan mala que hasta las moscas huían, el centauro que la remplazo era medianamente bueno, pero no tanto, el chiste es que iba a conocer a la mejor bruja de la zona, una eminencia en ese pueblo, tanto que hasta la iglesia del pueblo la consideraba su mejor amiga personal.
-Esperen un momento- se escucho del otro lado del portón de madera con detalles del periodo barroco -Pasen- transcurrieron hacía un jardín botánico, realmente hermoso entre los colores de las flores, pero al llegar a la casa se toparon con cortinas de color purpura y rojo, la sala de estar era cómoda ante la vista, pero luego estaría ahí, Rufina, la empleada de la señora Evangelina correspondió a ellos llevándolos hasta la entrada de su "despacho"
-Patrona linda, le traje a sus invitados- en ese momento entraron, Harry conoció a la mujer más familiar, era alta, pálida como la leche, larga de rostro, nariz afilada y ojos grises, una mujer que tendría carácter pues su ropa negra con verde y joyas plateadas lo hacían denotar
-Harry James Potter, gracias por venir, Arcadia puedes salir y gracias- ordeno la mujer, pareciera que lo que dijera se hacía, casi bajo una maldición
-Se cuida mi niño- fue lo que dijo al salir
-Un gusto, Evangelina Góngora viuda de un mago ingles muy conocido, luego sabrás querido...-

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Caso 203
FanfictionHarry Potter estaba dispuesto a amar a Draco Malfoy, pero todo se desvaneció cuando vio al amor de su vida con otro hombre de nombre Blaise Zabini. Fue en ese momento en el que decidió darle la oportunidad a alguien más, de nombre Bill Weasley, qui...