CAPÍTULO 3

2.8K 244 148
                                    

Poco a poco conforme pasaban los meses de relación ibas descubriendo más las conductas de tu Kazutora. Eran ya 8 meses los que llevaban saliendo así que lo tenías bastante bien estudiando. Una sus principales actitudes era ser la persona más celosa y posesiva con la que te hayas podido cruzar. Tenía tres tipos de celos.

Celos agresivos.

Era cuando te gritaba cosas realmente horribles que te hacían sentir muy mal, ya que tú nunca le harías algo así. Y algunas veces recibías más de un golpe en el rostro y cuerpo por sus falsos celos. Te daba mucho miedo cuando se ponía así por que había veces en las que hacía estas escenas en público y tú te sentías como una basura dejándote manipular por un hombre.
Estos eran los más constantes y cuando los hacía en casa era cuando peor te iba, pasabas días sin poder levantarte de la cama por el dolor de los golpes y días llorando por lo asquerosa que te sentías.

Celos posesivos.

Te decía que eras sólo suya, que no podías hacer nada con nadie más que no fuera el. Tu habías sido hecha solo para el y si no pensabas lo mismo no le importaba, nunca te iba a dejar.
Estos se presentaban más cuando salían juntos y algunos tipos se te quedaban mirando. Actuaba infantil abrazándote y besándote apasionadamente frente a estos sin avisarte, también te tocaba de manera grotesca, era molesto y extraño pero preferías no negarte.

Y por último... sus celos cachondos.

A veces le ponía pensar que lo engañabas, te cogía por mucho tiempo para marcar su territorio y recordarte que nadie podría hacértelo como él. Normalmente esto sucedía cuando se quedaba solo en casa, se hacía historias de como te acostabas con los vecinos, con tus compañeros de trabajo, incluso con desconocidos. Te castigaba y te hacía arrepentirte de cosas que no habías hecho. Pero de todas las escenas preferías estos, al menos en esta disfrutabas.

También pudiste darte cuenta que era una persona que dependía mucho de ti. Todo en su vida eras tú. Y esto lo descubriste cuando hablaste con el de su pasado.

Le fuiste totalmente sincera y a los pocos meses de relación le confesaste que lo conocías muy bien, que querías saber todo de él, o si no lo terminarías dejando.

Accedió y te abrió su corazón diciéndote lo difícil que era. Tenía una inestabilidad emocional asquerosa, traumas y actitudes horribles pero también un gran corazón que solo te pertenecía a ti. Eras la única persona que lo soportaba y que no lo alejo de su lado a pesar de sus malos tratos hacia ti.

Tú, en verdad estabas enamorada de él, es por eso que querías seguir a su lado apoyándolo , querías hacerlo cambiar y que saliera adelante sin importar los que te hiciera o dijera. Creíste que podrías cambiarlo y por esto mismo te diste a la tarea de estudiar sus comportamientos.

Tu siempre habías tenido esas actitudes de tener todo bajo control y actuar como mamá, así que atender a Kazutora no era algo tan malo para ti. Tu lo querías y si atención era lo que necesitaba para empezar a sentirse más querido harías todo lo necesario para darle toda tu atención.

Intentaste siempre estar para el más de lo normal pero con tu ahora más pesado trabajo a veces te era imposible.

Esos días eran unas peleas constantes donde te culpaba de todo lo malo de él, te dejaba llorando y se iba enojado del departamento.

Iba a su casa y no regresaba en días.

Obviamente tú te preocupabas por el y pasabas a verlo cuando podías pero ni se dignaba a abrirte la puerta, regresaba solo hasta que el enojo se le bajara.

Tu no decías nada, simplemente lo aceptabas nuevamente en tu hogar y con los días regresaban a la normalidad. Sabías muy bien que eso no estaba bien, que huir de los problemas nunca sería la solución, pero estabas ya cansada de intentar todo y que el no cediera. Tu sola no ibas a poder resolver los problemas de el, y solo te estaba haciendo cargar con más responsabilidades y culpas.

Un día, después de una de esas peleas se fue y le dijiste que no volviera jamás, que tu verdaderamente estabas intentando ayudarlo, desde un principio fuiste la más interesada en sacarlo adelante junto contigo, pero que si el decidía quedarse atrás por gusto propio no podías hacer nada.

El solo te miró con una mirada vacía, y salió del departamento azotando la puerta.

Probablemente no lo ibas a volver a ver.


Pasó más de un mes y el no volvía.

Dos meses y ni siquiera abría mis mensajes.

Tres meses y ya no entraba mi llamada cuando intentaba contactarme con el.

Estaba retractada de lo que le había dicho, pero si el prefería evitarme que ayudarme a ayudarlo yo no podía hacer mucho.

Fueron 5 meses los que pasaron para que empezará de nuevo a llevar una vida "normal", a veces agradecía haberme quitado ese peso de encima, se habían ido las peleas absurdas, los celos agresivos, los golpes que a veces sin razón alguna me llevaba. Pero yo lo quería y me preocupaba que estuviera bien.

Decidí dejar de pensar en él y concentrarme más en mi. Comencé a salir a fiestas, conocer gente nueva, llegar tarde y ebria a casa, también empecé a acostarme con otros chicos. Verdaderamente se sentía como en un divorcio. Estaba emocionalmente mucho mejor cuando no estaba pensando en ese hombre tóxico.

Me di cuenta que esto iba a ser imposible cuando empecé a escuchar su cascabel por todos lados, quería negar que lo extrañaba, quería negar que me gustaba que me gritara y me dijera cosas feas, si eso lo hacía feliz, yo era feliz. Solo quería lo mejor para el y me dolía que yo no lo fuera, me dolía que me dejara sin decirme nada cuando yo hacía todo para tenerlo contento.

Yo era su perra y aún así el me abandonó.

Ya no sabía si el que tenía dependencia emocional era el o yo, yo ya no podía estar un día más sin el a mi lado y aparentemente el si podía, más de 5 meses llevaba lejos de mis brazos.

Esa misma noche me emborraché como nunca, me bebí todo el alcohol que tenía en casa, lloré hasta no más poder y para quitarme el despecho llamé a uno de mis compañeros del trabajo, Akkun, el cual siempre quiso hacerlo conmigo. Obviamente no lo dudó, llego a mi departamento casi al segundo.

Llegó y la verdad yo estaba muy ebria para coger, así que solo le abrí, le ofrecí alcohol y caí rendida.

Akkun, a pesar de siempre ser un insistente, era buena persona, sabía que el no haría nada cuando yo no estuviera consciente así que no me preocupé por despertarme y pude sentir como sus brazos me llevaban a la cama.

Me despertó el mismo rayo de sol de todos los días, era fin de semana así que no tenia que ir a trabajar, me sentía mejor, llorar como tonta ayer hizo que me desahogara.

Salí a la sala y vi a Akkun durmiendo en el sofá, decidí ser buena persona y me puse a preparar algo para que desayunáramos ambos.

Terminé y caminé al sofá a despertarlo, me senté en el suelo y me quedé observándolo, Akkun en verdad era lindo, me gustaba mucho su pelo rojo y su actitud alegre. Me quedé mirando de más y despertó.

A: Buenos días, dijo mientras aún abría poco a poco los ojos.

- Hola buenos días, hice de desayunar, por que no comemos juntos?

Despertó del todo y asintió con una sonrisa en el rostro.

Estuvimos charlando en el desayuno de mi situación y me sorprendió que Akkun me dijera algo tan maduro y honesto.

- Teniendo sexo, emborrachándote y llorando no vas a lograr nada. Deberías volver a intentar a ser feliz, intentarlo de verdad. Si el ya no volvió es por qué está mejor sin ti, y no quiero ser grosero, pero como explicas que se va de un lugar donde lo tenia todo.

Terminamos de comer, le agradecí por haberse quedado y se fue.

Supongo que tiene razón, debería volver a intentarlo. La primera vez no resultó, pero eso no significa que sea el fin. Tengo que volver a ser feliz sin Hanemiya en mi vida.

Eres mi obsesivo amor (Kazutora x tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora