No fue el final.

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Deje de escribir, paso un largo tiempo y me replantee. No soy la misma adolescente asustada y deprimida, ya no más. Sigo temiendo muchas cosas, pero han pasado algunos años y muchas cosas han venido con ellos.

La rehabilitación llegó a mi familia, no del todo y un paso a la vez, lo tomo con calma pero mi ansiedad ya casi desaparece, tal vez no parezca mucho pero era algo que dominaba mi vida. Podría pasar horas hablando porque eso es lo mío, hablar, diría hasta el más mínimo detalle de como mi vida ya no es tan mala, pero nunca lo fue. TENGO UNA MALDITA FAMILIA, SALUD, UN TECHO, ALIMENTOS y si, tengo problemas, pero ¿Quién no los tiene?

Tal vez esto no le importe a nadie pero me alegra y enorgullece decir que no fue el final, mi dolor no ganó, el miedo no me paralizo y he llegado a apreciar cada pequeña cosa de la vida.

No morí, solo puse en pausa esto hasta averiguar en donde estaba y hacia donde me dirigía pero... Tenía que estar segura para no volver a dejarlo todo en el limbo. No puedo creer que la persona que escribe esto sea la misma que escribió lo anterior, hoy entiendo que a veces se necesita más valor para ser débil que para permanecer fuerte. Seguiré fallando, llorando, saliendo herida, pero también ganaré experiencia, ganaré vivencias, ganaré paciencia y si Dios o lo que sea que esta allá arriba se apiada de mí, a través de todo el camino seré feliz y el final no importara porque habré saboreado cada paso. Me quedo con eso.

Es... O muy tarde en la noche o muy temprano en la mañana, pronto tendré que ¨despertar¨ así que... Solo quiero decir que la vida, como todo, tiene sus altas y bajas, lo que realmente cuenta es como vives cada pequeño detalle, porque una cosa es sentir el dolor y otra cosa es regodearse en él. Y... antes de pensarlo demasiado publicaré esto y me iré a dormir. Buenas... LO QUE SEA.

VacíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora