Capítulo 34

7 1 0
                                    

Me desperté, era de madrugada y corrí al baño, vomité en el lava manos, odio vomitar.

Me devolví a la cama, veo mi teléfono y tengo varias llamadas perdidas de Fernando.

Vuelvo a ir al baño a vomitar.

Me decido a devolverle la llamada a Fernando.

—Alo. —me contesta.

—Alo, dime ¿qué pasó?

—Oye, que e querido saber de ti, ¿como estás? ¿Estás bien? Se que tal vez no tengas tiempo.

—Si, estoy bien, gracias a Dios, ¿y tú?

—Aquí chama en el pueblo, Lizeth desapareció y no se nada de ella.

—Bueno... yo la mande a sacar, iba a huir y entonces la mande capturar, y la mande a un lugar donde yo lo puede tener en la mira.

—Verga, no sabia de verdad.

De repente me dan otra vez ganas de vomitar y no aguanto, entonces pongo el teléfono a un lado y vomito.

Luego de rato.

—Aló, disculpa es que ando un poco indispuesta del estomago. —aclaro.

—¿Y eso que tienes?

Me quedo en silencio.

Luego el mismo cae en cuenta.

—Ah... entiendo, bueno entonces te dejo pues.

—Está bien...

Creo que ahora si se rindió.

Corta la llamada.

Tal vez si se halla rendido o quizás no.

Miro el teléfono y por mi paz mental, decido bloquearlo, después de todo esto desapareceré por un tiempo y no necesito que mi pasado esté ahí atormentandome.

Cuando vuelvo, Noriega estaba despierto.

—¿Qué pasó? —me pregunta entre dormido y despierto.

—Es que me dieron ganas de vomitar. —respondo.

—¿Te sientes mal? —me interroga.

—Un poquito.

—Ay princesa. —se acerca más a mi, abrazandome. —Porque no me dices. —se levanta.

—¿Qué pasó?

—Te voy a buscar algo para que se te pase.

Sale del cuarto.

Tan bello...

...

Amaneció y todos nos empezamos a preparar, los muchachos salieron primero para organizar todo.

Nos dirigimos a la ubicación donde íbamos a armar la redada para Octavio, era antes de llegar a Presidencia, Chris, su personal y yo, estábamos en la terraza de un centro comercial.

Noriega, Armando, Eliezer estaban frente a nosotros, pero en la terraza de una compañía.

Rita estaba casi en frente de presidencia, dentro de un edificio, era el lugar menos visible pero al tiempo mismo perfecto para la estrategia que queríamos emplear.

La idea en si es que cuando ella de el tiro, le pongan la mirada a esa zona, y mientras ellos centran su atención allí, a nosotros nos da chance de escapar, ya que a Rita nadie la conoce, no corría el mismo riesgo que nosotros.

Mis hombres estaban ya preparados en varios carros y camionetas, el personal de Chris intervinieron los semáforos de la cuadra, solo teníamos que esperar la hora. 

Los Reyes Del Terrorismo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora