Y... Si Kiba fuera un experimento de la aldea de la Hoja? ¿Y si en realidad no es un joven común y corriente? ...
Pues en esta historia, donde un Inuzuka es protagonista, se podrán resolver esas dudas.
[...]
Kankuro, un chico normal, en todo el sent...
Dejó a el mayor en el frío piso. Agarro una botella de agua y tomo un poco de esta, cuando sintió que su garganta ya no ardía, decidió tratar de despertar al de rostro pintado.
Movió un poco el cuerpo bajo suyo, subiéndose al abdomen del mayor para mayor comodidad. Al cabo de unos minutos, el de mayor estatura despertó de golpe ocasionando que sus frentes chocaran con fuerza, provocando que la del menor quedara ligeramente herida.
— Agh, carajo... ¿¡KIBA!?.
Grito el mayor mientras se sobaba la zona afectada. Kiba asintió mientras agarraba su mano y se levantaba del abdomen del mayor. Lo guiaba hacia afuera, el pelinegro entró en la duda al ser (literalmente) arrastrado hací afuera, cuando levando la cabeza se dio cuenta de que era de noche. Y la luna estaba en su punto más alto, de nuevo.
Extrañado, bajo su mirada hacía Kiba, este mismo lo observaba, sus ojos eran profundos a pesar de su extrañeza. Dio una sonrisa débil, como si hace mucho que no lo viera, como si se hubiera ido de viaje por meses y que al fin se hubieran vuelto a ver.
El menor agarro de la nuca al más alto y este lo miro curioso, observando como es que ambas respiraciones empezaban a chocar entre si. El mayor se sonrojo de sobre manera, tanto así que empezó a parecer un tomate.
El menor rompió el poco espació que quedaba besando los secos labios del más alto, a los segundos Kankuro correspondió torpemente el beso, al no ser un experto en ese tema.
Cuando ambos se separaron lo hicieron por la falta de aire. «Estúpidoaire» pensó Kankuro, pero esto no quedo así, puesto que el Inuzuka agarro de nuevo la nuca del más alto y volvió a besarlo, esta vez, sin la paciencia del primero.
