∙ʚ ÚNICO ɞ∙

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[Aclaraciones importantes al final de la historia. Advertencias ya estipuladas en la sinopsis, para que revisen y no se diga que no se dejó claro. Recuerden, no todo es lo que parece... Dicho eso, disfruten su lectura].

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Vivir en un mundo donde la gente solo no podía comprenderte era difícil. Por no decir excluyente y solitario. Dos cosas que siempre habían ido de la mano para BaekHyun.

No se trataba de que BaekHyun hubiera intentado salir de la cotidianidad que cualquier persona en su comunidad tenía; en realidad, él se había esforzado por ser tan normal tras crecer, integrarse en sus actividades y tomar su rol como otro más que aportaba algo a su sociedad y familia... El asunto era que, por más que BaekHyun lo intentara, nunca iba a ser como las otras personas.

Aquella mañana, luego de que la mujer con la que trabajaba le hubiera lanzado una taza a la cabeza se lo había dicho. No importaba cuánto esfuerzo pusiera, la gente no iba a entenderlo, y no podía porque él era diferente.

Se lo dijo a su madre cuando llegó a su casa, cubierto de la sangre dorada que caía de su frente, y mojadas sus mejillas con lágrimas cristalinas que debieron hacer que SeoHyun pegara el grito en el cielo tan pronto pudo verlo. BaekHyun no lo supo, no lo escuchó, en su lugar, solo se dejó hacer para curar la herida, y mientras ponía sus ojos en cómo la mujer volaba de un lado a otro por su pequeña casa para establecerle un espacio donde traerle lo necesario, permaneció tan callado como ya era típico de él.

Claro que eso no evitó que la rubia ceniza llegara a tocar su hombro, y cuando levantara la cara a modo de limpiarle la herida y detenerlo para evitar que se alejara del polvo de hierbas con el que lo estaba curando, comenzara con otra mano a hablarle.

Su dedo índice de la mano que no ocupaba dio un giro cerca de su rostro, y más tarde, aunque no usara su otra mano, la vio moverla frente a él con sus dedos índice y medio abiertos en V junto al pulgar en medio de ambos y los otros más abajo, puestos boca arriba al tiempo que los movía de lado a lado.

Para otras personas, eso no hubiera sido comprendido, pero para BaekHyun, que conocía bien a su madre y sabía cómo simplificaba a veces su modo de hablarle por las circunstancias en las que estaba, supo qué decía.

¿Qué pasó?

Suspiró. Si tan solo supiera que el problema del uso de aquellas señas era lo que había pasado. Exactamente eso, porque BaekHyun no podía hablar, tampoco escuchaba, él solo había nacido de ese modo. Era una persona sorda.

Agachó la cabeza por no querer contestarle a su madre. Tan molesta como estaba de saber que su hijo hubiera llegado así a la casa, y aparte que no le diera respuesta, lo alzó por la barbilla con la mano que seguía teniendo libre y lo hizo mirarla de nuevo. Entonces, la vio pasar su dedo índice por su rostro hasta señalar sus ojos como encima del labio. Era su forma de llamarle por su nombre, porque eran los atributos visuales que él había escogido para nombrarse. Sus ojos y su pequeño lunar sobre el labio. Su seña.

Eso para él significaba BaekHyun.

Él suspiró ante la insistencia que había en su madre. Solo pudo alzar sus manos para decirle algo muy simple.

No quiero hablar.

No fue algo que su madre recibiera con agrado, y claro que lo dijo. Eufórica en el peor de los sentidos, le exigió que le dijera sobre lo sucedido con sus manos moviéndose casi con dificultad para entender todas sus palabras. No hubo escapatoria, BaekHyun le contó cómo la mujer con la que trabajaba en una cafetería al centro lo había despedido por confundir las bebidas de sus clientes y decidió que lanzarle una taza por la idiotez de no poder leer siquiera lo que decía en las etiquetas fue lo mejor como castigo.

Switch Lanes [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora