Nanami.
─¿Entonces cuanto dices que quieres?─pregunté mientras encendía un cigarrillo.
─10 mil dólares, señor Kento─ susurro y el rubor en sus mejillas se hizo más notorio.
Joder, me prende que diga Señor Kento. De verdad me estoy conteniendo para no tener una erección.
─¿Y que estarías dispuesta hacer para que te lo de? Se que tienes muchas deudas. ─
─Y-yo... se lo pagaré ¡lo juro! ─
Chasque mi lengua sacando un cheque de mi billetera.
─Hay otras formas de pagar─le di una calada a mi cigarro─Aunque no se si eres apta para ello.
─Tal vez soy demasiada buena en ello.
Al parecer si entendio la indirecta.
Palmee mi regazo─Veamos si eres tan buena como dices.
Rodeo el escritorio y se paro frente a mí.
─Arrodillate─acaricie su rostro con mi pulgar que al poco tiempo fui introduciendo en su boca.
Sentí como mi erección crecia. Desabroche mi cinturón seguido de mi pantalón.
─Sacalo y chupalo. ─ me obedeció y se acerco bajando mi bóxer dejando mi pene al aire libre, por poco le golpeaba el rostro.
Lo tomó entre sus manos y empezó a masturbarme, solté un gemido ronco al sentir el contacto de su lengua con mi glande, lo chupo de arriba abajo.
Sentí que estaba en el paraíso.
Me pare de mi asiento tomando su cabello formando una coleta, empeze a embestir su boca con más rapidez siendo brusco, hasta que sentí que estaba por venirme saque mi miembro y deje mi semen sobre su rostro.
─No eres tan mala, pequeña─acaricie su cabeza─Puede que tu pago disminuya.─ le extendí el cheque y lo tomo con sus pequeñas manos.
─ ¡La verdad se lo agradezco mucho señor Kento!
─Si tanto me quieres agradecer ve a este hotel mañana─le extendí un papel con la dirección─habitación 167, ahí platicaremos sobre unos detalles.