Buenas noches

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RETO HALLOWEEN SS/HG


"Entienda bien esto; pase lo que pase, ocurra lo que ocurra, siempre estaré ahí para abrazarla"

Aquellas palabras habían calado en ella como un bálsamo. Como una brisa de aire fresco tras meses respirando aire enrarecido. Había esperado mucho tiempo para oírle decir aquello. Pero por fin había llegado, y lo había hecho junto a palabras de apoyo, de cariño, había llegado junto a tardes de compañía, junto a besos robados y perdidos, junto a noches de pasión y miradas silenciosas.

Había llegado con todo eso y mucho más.

Seguramente no en el momento más adecuado, había demasiado horror y guerra. O quizás sí, quizás si había sido el momento adecuado en medio de tanto caos.

Severus había aportado claridad a su vida en medio de tanta oscuridad y quería creer, que ella también lo había hecho con la suya.

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Lo de ese hombre no era normal.

Si había algo que tenía claro en esta vida, es que si el día tuviera más horas; serían más horas que Severus pasaría encerrado en su laboratorio. Ya se había resignado y lo tenía asumido.

Incluso aunque estuviera muerto, Snape no saldría de su laboratorio, seguro que volvería a los calderos igual que el profesor Binns había vuelto como fantasma a seguir dando clase.

Todo lo que Severus era y tenía, lo dedicaba a las pociones.

En concreto, a la investigación de pociones. A veces se preocupaba de que estuviera demasiado obsesionado con ellas. Pero era lo único que lo mantenía cuerdo tras la guerra, y ella no podía decirle nada.

Las investigaciones eran lo único que mantenía a Severus a flote. No era lo mejor del mundo, lo sabía. Su obcecación con algunos temas a veces rozaban lo oscuro. Pero ahí estaba, había conseguido sobrevivir a la guerra y a la postguerra, que era todo lo que ella quería, así que si ahora su tiempo lo invertía en pociones, a ella le valía. Era un buen precio a pagar.

Además, era un maestro en pociones ¿Cómo iba a decirle que dejara de hacer algo en lo que era el mejor? En realidad no sólo era porque Severus era el mejor pocionista que hubiera conocido nunca, si no también, porque le gustaba observarlo durante horas. Dejarlo hacer pociones era un poco en beneficio propio.

Por supuesto él no se daba cuenta, nunca se daba cuenta de que lo observaba. Pero era mejor así, porque si no, estaba segura de que se liaría una buena y no quería distraerlo.

Severus estaba con la cabeza agachada metido entre los vapores del caldero, con su nariz grande y con aquel puente tan característico que tanto le había gustado la primera vez que lo había recorrido con la punta del dedo. Su pelo largo y negro, como siempre; ocultando sus ojos penetrantes y oscuros.

¿Le había crecido un poco el pelo?

Si, le había crecido. Necesitaba un corte.

Que rápido pasaba el tiempo.

Snape gruñó y bufó visiblemente enfadado. Había hecho aquellos cálculos una y otra vez. Estaban bien, los había revisado. ¿Qué se le escapaba? A simple vista todo parecía estar bien. Los ingredientes, los tiempos, los movimientos, las cantidades...

Todo estaba bien y sin embargo... La poción no lo estaba.

Sus ingredientes de alguna forma se habían neutralizado los unos a los otros convirtiendo la poción en un líquido inocuo e incoloro. Agua.

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