Definitivamente Takemichi está en un problema.
Lo supo cuando al llegar a la tienda de mascotas Chifuyu no le dirigió ni una sola mirada.
Tiene miedo.
Teme que todo lo que construyó se esfume, tal y como cuando sintió la vida de Draken desvanecerse de su cuerpo.
Se lamenta no haber hecho algo por él, lamenta tanto que el mayor, al que consideraba un hermano mayor se fuese.
Lo único que le consuela es el hecho de que por fin podrá estar al lado de su amada Emma por el resto de la eternidad.
Pero las cosas aquí no son tan fáciles.
No cuando la última conversación que tuvo con su novio, que ni siquiera se puede considerar eso, acabó culpándole sobre el asesinato del Ryuguji.
-¿Vas a decirme algo o te quedarás ahí quieto como estatua?- aquella voz que tanto ha extrañado los días que estuvo internado en el hospital.
-Yo...quería verte.- no sabe que decir, porque a pesar de todo lo que ha hecho Takemichi aún tiene la fiel creencia de que sigue siendo un cobarde, uno que acabá huyendo tarde o temprano.- Quería discul-
-No tienes que disculparte. No hiciste nada mal.- definitivamente eso no se lo esperaba, ¿había oído bien?
-¿Qué estás?-
Hanagaki no puede asombrase más al ver al chico de pendiente hacer una reverencia de 90°, ¿qué estaba pasando?
-Lo siento. Lo siento por decirte todas esas cosas, perdí el control de mis emociones y te herí. No sé cómo sigues queriendo estar con- no pudo más y lo jaló hacia un abrazo, uno que ambos necesitaban, en el que el más bajo rodeaba el cuello ajeno y el contrario su torso.
-No digas tonterías. Olvídemos esto y no digas nada más, sólo déjame estar así.-
No saben cuánto tiempo pasó, probablemente unos minutos, estaban tan cómodos con el calor del otro que olvidaron al completo que estaban en una tienda pública. Era de esperarse que fueran interrumpidos, Takemichi decidiò esperar a que el turno de Matsuno acabase para poder salir juntos a la casa del menor, la más cercana.
Nada más se cierra la puerta cuando ambos caen al suelo por culpa del ojiverde.
-¿Quieres dar el siguiente paso conmigo, Hanagaki Takemichi?- dijo el rubio con pendiente extendiéndole la mano.
Él, lo miro totalmente seguro y en compreto silencio le responde;
-¡Solo si consigues atraparme!- dice al instante de levantarse del suelo y aprtarse de su pareja.
Así es como inicia un juego de niños en donde Chifuyu persigue al rubio entre risas, a veces lo atrapa, pero el más bajo le da un pico desconcentrándolo y corriendo denuevo.
Entonces, decide correr hacia el cuarto y en una distracción, él lo atrapa por la espalda aprisionándolo entre sus brazos.
-Esta vez no escaparás.-
Y entre más risas entra al cuarto del rubio más pálido iniciando un jugueteo de besos, algunos pequeños y cariñosos, mientras que otros más largos y profundos.
Se puede escuchar el sonido de la puerta cerrándose sumado al ruido de sus risas y el choque de los besos.
Fue su primera noche juntos de manera íntima.
Fue su primera vez explorando el cuerpo del otro.
Fue su primera vez expresandose el amor que se tenían, y no mediante palabras, junta de manos y pequeños besos.
No fue salvaje ni rápido, fue todo despacio, poco a poco, disfrutando del momento.
Disfrutando del otro, queriéndose en todo su ser.
Pues, aunque estaban realizando un acto no muy cristiano, en ningún momento soltaron la mano del contrario, transmitiéndose seguridad y apoyo mutuo.
Porque tuvieron su primera pelea fuerte.
Pero también tuvieron su primera vez y juntos.
Definitivamente esa noche quedaría grabada en sus recuerdos y corazones para siempre.
Porque Takemichi es el héroe llorón de Chifuyu.
Porque Chifuyu es el héroe de Takemichi.
Porque Chifuyu adora los ojos zafiro de su pareja junto con su personalidad fuerte y admirable, mientras que Takemichi adora el hecho de que puede confiar en el rubio, porque le ha ayudado y apoyado bastante, porque sabe que con él puede llorar todo lo que quiere y será consolado y abrazo por su pareja.
Algo corto porque deseaba escribir sobre estos dos.
Gracias por leer <3