CONFESIÓN

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Palabras: 2068

—Bien, hoy me declararé.... ¡Sí! ¡Sí, lo haré! ¡Estoy segura! ¡¡Yo puedo decirle a Zelda que la amo!! ¡Hoy es el día indicado, después de todo es el día de San Valentín! — Susurró la chica pelinegra para sí misma. Se encontraba justo al frente de la funeraria Spellman esperando que alguien acudiera al toque de la puerta.

Segundos después se escuchó como la puerta frente a ella se empezaba a abrir. Al ver la puerta ya abierta y ver a Zelda parada allí la respiración se le cortó y todo su ánimo flaqueó.

—No, no puedo. ¡Adiós! — Dijo rápidamente y comenzó a voltearse para huir de aquella pelirroja que la miraba confundida.

—¿____? ¿De qué estás hablando? — Comenzó a interrogar la bruja deteniendo el andar de la otra chica. "Acabas de llegar. ¿A dónde vas?"

—Es que...yo venía a algo, pero ya no es necesario. Entonces me voy. — Comentó nerviosa.

—Está bien... — Murmuró confundida. — Uhm...si tienes tiempo, ¿te gustaría pasar? — Espetó la mayor y se movió un poco dejando espacio para pasar por la puerta.

Y, claro, ¿cómo podría negarse a tal invitación?

—Claro. Gracias, Zelda — Dijo con una sonrisa y un leve sonrojo.

La chica más pequeña entró a la funeraria escuchando como era cerrada la puerta detrás de ella.

—¿Qué era lo que necesitabas? — Preguntó curiosa la pelirroja.

—No, nada, nada importante

—Claro...Aunque creo que te he dicho anteriormente que mientes terrible. — Dijo insistiendo con el tema, por lo que la otra chica se ponía cada vez más nerviosa y sonrojada.

—Bueno, quizá....quizá luego podría decírtelo. — Dijo desviando la mirada para que no se notara su sonrojo que se acentuaba cada vez más.

—Está bien. — Zelda sonrió levemente. — Vayamos a la cocina, Hilda acaba de preparar unas galletas. — ____ asintió y ambas comenzaron a ir al lugar dicho.

—Querida, hola, no sabía que vendrías hoy. — Exclamó la pequeña mujer rubia con, como siempre, una cálida sonrisa al ver a ____ atravesar por el umbral de la puerta.

—Hola, Hilda. — Saludó devolviéndole la sonrisa.

Zelda se quedó mirando a la chica, observando su hermosa sonrisa, como hacía siempre que no la estuviera mirando.

—Sabrina está en su pieza con Nick. Ya sabes, 14 de febrero, día de los enamorados. — Dijo Hilda con una sonrisita.

—Claro, no hay problema. Que disfruten del día esos dos tortolos. — Rió levemente enternecida por los jóvenes brujos.

—Es un día como cualquier otro. Eso del "Día de los enamorados" no es nada más que un invento de los mortales para el comercio. — Rodó los ojos.

—No seas tan aguafiestas, Zelds. Es un lindo día para que los enamorados la pasen juntos. — Intervino la hermana de la pelirroja. Zelda rodó los ojos nuevamente.

—¿E, Hilda, no verás al Dr. Cee hoy? — Intervino la invitada.

—Oh, sí, solo que estoy preparando unas galletas para él. — Dijo mientras indicaba la mesa en la cual había unas galletas en forma de corazón. — Puedes comer si quieres, cariño, hay de sobra. — Utilizó su típico tono alegre mientras sonreía radiantemente.

—Muchas gracias, Hilda, estaría encantada. Adoro tus postres. — Tomó una galleta entre sus finos dedos y la llevó a su boca, todo eso ante la atenta mirada de Zelda. Ella se quedó observando los labios de la chica, viendo como luego de morder la galleta pasaba su lengua por sus rosados labios, pensando en otras formas de utilizarla. Se mordió levemente el labio inferior divagando en imaginaciones de su mente.

ZELDA SPELLMAN X TÚ LECTOR (FEM) [ONE SHOT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora