Día 12. Asuntos pendientes

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Prompt: promise rings

La primera vez que Shoto vio un fantasma tenía cuatro años

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La primera vez que Shoto vio un fantasma tenía cuatro años. Se trataba de otro niño en los juegos en el parque. Tenía el rostro sucio y su ropa parecía roída; éste no dejaba de llorar y pedir a Shoto que lo llevara con un policía porque estaba perdido; mas cuando Shoto le contó a su hermana la situación, ésta le dijo que no había un niño con esa descripción en el parque. Shoto se enojó ese día con su hermana por no ayudar a su nuevo amigo. Dos años más tarde, cuando asistieron al funeral de uno de los abuelos de sus padres y Shoto encontró a su bisabuelo de pie frente a su propio altar, mirando su foto, comprendió que todo ese tiempo pudo ver fantasmas.

En general, éstos lucían igual a una persona viva; su aspecto y su ropa, no obstante, eran los que solían indicarle que eran fantasmas. Además, una vez se acercaba a ellos, era posible notar que su piel era un poco traslúcida aunque brillaba de cierta forma. Algunos eran grotescos, pues sus ropas o piel estaban llenos de sangre o moretones; otros no tenían pista alguna sobre cómo habían muerto. En cualquier caso, Shoto siguió el consejo de su familia y trató de ignorar a todos por igual; al menos hasta que a los diecinueve años, asistió al funeral de una de las amigas de su hermano mayor.

La muchacha, que estaba en sus veintes, murió de una forma muy repentina en un accidente de trabajo. Shoto podía verla desesperada en su propio funeral, se acercaba a cualquiera que se acercara a su altar y trabaja de hablar con éste, de preguntarle si no era un error, que ella estaba ahí... Mas cuando Touya, su hermano, se acercó, las lágrimas se convirtieron en gritos abatidos. Todos sabían lo que esa chica sentía por Touya, incluyendo al propio Touya; pero ella nunca pudo confesarle nada porque él estaba en una relación desde siete años atrás. Shoto no pudo soportarlo más.

Se levantó del taburete donde su familia aguardaba y caminó hacia el altar, pese a que sus padres le sugirieron jamás hacer algo similar. Ya en éste, miró a la chica, con sangre cubriendo su rostro, parte de su torso y zapatos, y le prometió que llevaría su mensaje a todas las personas que deseara. Ella, agradecida y llorosa, le dictó a Shoto todo lo que quería haberle dicho a sus seres queridos; Shoto lo apuntó todo en una libreta de estudios. Días más tarde, terminó de leer lo escrito en esa libreta a las personas indicadas.

A partir de ese día, Shoto ayudó a algunas almas desesperadas a entregar sus mensajes. Sus amigos más cercanos sabían de esa habilidad suya, algunos incluso lo habían visto hablar con lo que parecía ser la nada; todos ellos preferían fingir que no era nada importante o que simplemente se trataba de una broma. Shoto era consciente de lo aterrador que sonaba su habilidad para algunos, así que aprendió a no hablar de ello con nadie que no fuesen sus hermanos o sus padres.

A los veinticuatro años, se mudó a un amplio apartamento en las afueras de Tokio; donde podía encontrar todo lo que necesitaba para una vida medianamente tranquila a su alcance. Trabajaba como consultor de viajes en una pequeña compañía; por las noches, tejía todo tipo de prendas y cobijas. Era una actividad sencilla que a su vez le permitía hundirse en sus pensamientos mientras sus manos se ocupaban en algo productivo.

Flufftober || TodoDeku || #EsdeFanficsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora