No podía creer que cada día que pasase en casa de la tía Regina, tuviese más trabajo. Pero, aquel día en concreto, Regina se había esforzado en que las tareas fuesen numerosas y más arduas de lo que estaba acostumbrada a realizar desde que había llegado. Además, esa semana, el carácter de Kate había sido aún más insoportable. Así que, aquella mañana de sábado, pasaría sin pena ni gloria y no podría ni siquiera salir a despejarme. Suspiré resignada mientras intentaba no pensar en ello y peleaba contra una mancha pegajosa que había en la mesa de la cocina y que se me resistía. Justo entonces, se escuchó el timbre. Era muy temprano para visitas, pero mi deber estaba claro. Fui a abrir la puerta, sorprendiéndome por la persona que estaba al otro lado, esperando entrar.
-¡Buenos días, corazón! –me saludó con una sonrisa radiante-.
-Qué sorpresa, Kevin –rodé los ojos-...
-¿Qué estás haciendo? –puso mala cara al verme así-.
-¿Acaso no sabes que trabajo aquí? –enarqué una ceja-.
-Sí que lo sé, pero durante el concurso, las participantes quedan exentas de sus obligaciones laborales y... ¡Hoy es el primer día de concurso! –me hizo ver-.
-Oh, vaya... ¿Y eso que tiene que ver contigo? –dudé-.
-Soy el encargado de la primera ronda del concurso –sonrió-.
-¿Cómo? –fruncí el ceño-.
-Aparte de ser periodista, como ya sabes; también soy el mejor amigo de George y la primera ronda del concurso consiste en una entrevista personal –me explicó-.
-Oh, no lo sabía –me disculpé-...
-Y no tenías que saberlo. Recuerda que os avisan de las pruebas unas horas antes –me guiñó el ojo-.
-Eso no ayuda a no preocuparse, precisamente –reconocí-.
-No te preocupes, arrasarás en la entrevista –se encogió de hombros-.
-¿Cómo estás tan seguro? –bromeé-.
-Porque tienes una personalidad encantadora –admitió-.
-Vaya... Gracias –me sonrojé-...
-Bueno, ¿te han hecho una entrevista personal alguna vez? –se acercó al punto de la improvisada reunión-.
-La verdad es que no, no tengo mucho que contar –me encogí de hombros-...
-Te haré algunas preguntas para que el jurado pueda conocerte un poco mejor –resumió-.
-Muy bien –asentí-...
-No estés nerviosa, saldrá muy bien –intentó tranquilizarme-...
-Si tú lo dices –dudé-...
-¿Por qué no subes a tu habitación y eliges otro atuendo? La imagen es casi tan importante como tu personalidad en este concurso y tienes que impresionar al jurado –me guiñó el ojo-.
Asentí y salí corriendo a mi habitación para prepararme. No tenía tiempo de rebuscar entre todos mis atuendos, por lo que elegí el vestido blanco a juego con los tacones color mostaza que use cuando fui a hablar con Amelie a su casa. Me peiné el cabello, dejándolo suelto y me maquillé con colores suaves y discretos, nada de llamar la atención. Me miré al espejo, contenta con el resultado, y regresé al salón para comenzar con la entrevista.
-Espero que no te importe que grabe nuestra conversación.
-No, en absoluto.
-Muy bien... En ese caso, empecemos... Y tranquila, no me como a nadie... Esto será fácil y rápido –bromeó-.
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Criada inesperada
RomanceMeg acaba de terminar sus estudios en el instituto y está a punto de comenzar su vida universitaria en Los Ángeles, la ciudad donde nació y se crió. Sin embargo, un hecho inesperado la lleva a trasladarse a Utah con su familia. Allí, aprenderá que n...