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-Supongo que ya es tarde- miró el cielo, seguramente pasaban de las seis

Había pasado el tiempo en la biblioteca desde que salió del colegio, cuando encontraba un libro que le gustaba y, puesto que no había sacado aún una tarjeta para poder pedir prestados los libros, solía entretenerse de más hasta que notaba que el sol se estaba volviendo suave.

"Hay comida en la nevera"

Si no fuera por el alto índice de pandillas en Tokyo, volver a casa antes de que cayera la noche no supondría ningún problema. No tenía familia, vivía con un par de chicos que pertenecían a una de estas. Después de cumplir los 13 años, los chicos del orfanato deberían salir a buscar su vida si nadie los adoptada, podía parecer cruel, pero lo era aún más el ocupar el lugar de los pequeños que necesitaban esos lugares.

Desde hace tres años vivía en un apartamento pequeño, el vecino de al lado les había apoyado en conseguir el contrato de vivienda y ellos se encargaban de trabajar para pagar la renta, o en su defecto de hacer lo que hiciesen siempre y cuando trajeran dinero para subsistir.

Sacó unos audífonos y pensó en acompañar su caminata a casa con cualquier canción de fondo, mientras fuera ruidosa, estaba bien.

Tal vez si la música hubiese estado un poco menos alta y no hubiese tomado ese callejón como atajo, no hubiese tenido que soportar un grupo de idiotas peleando y bloqueando su paso.

-Eso no parece muy justo- tal vez fue curiosidad, pero no dio la vuelta, simplemente se quedó al margen del muro observando la pelea y murmuró para si- ¿O... sí?

Uno tras otro fueron quedando en el suelo, hasta que finalmente quien ella creyó que estaba en desventaja, fue el único que quedó en pie.

-¿Piensas quedarte ahí?

-Posiblemente... hasta que te vayas

Era la voz de una chica, reconoció a alguien durante su pelea, pero no creyó que fuese una chica, no parecía un callejón demasiado concurrido.

-No pienso irme en un buen rato~

Soltó un bufido, haciendo que su flequillo se alzara un poco. Dar la vuelta implicaría rodear la cuadra entera y definitivamente no estaba de humor para eso.

-¿Podrías ser un poco más limpio en tus peleas? No quiero manchar de sangre mis zapatos- se quejó al tener que esquivar a los que estaban en el suelo

-¿Huh? ¿Tú?

-¿Yo?- dejó de mirar el suelo y se enfocó en él- ¿Nos conocemos?

Chasqueó la lengua y sonrió de lado. La había visto un par de veces en la estación del metro, reconocería a esa chica que rechazó abiertamente a un joven que le ofrecía un ramo de rosas más grande que su cabeza.

-¡Ah! Eres ese chico problemático- aferró las correas de su bolso y lo miró acusadoramente

-¿Ese?

-Que sepas que me has tirado la mochila dos veces, torpe- la semana pasada, al salir de vagón- y hace un mes me hiciste perder el tren con una de tus peleas en la estación

-También recuperé tu mochila

-¿¡A eso llamas recuperar!? Sólo le pusiste pie a ese idiota y gracias a eso, inició la pelea

-Ingrata

-¿In... grata?- desde que lo vio por primera vez sabía que significaba problemas, pero nunca creyó que sería capaz de exasperarla en menos de dos minutos- qué pesado eres

-Si, sí, como sea, me debes una

-¿¡Ah!?

La miró fijamente, después bajó la vista por sus piernas y terminó acercándose. Ella no se movió, en realidad no se sentía intimidada, menos por él.

Di que sí (Hanma x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora